Este año nos enfrentamos al gobierno de Macri, quien ya cuando era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires redujo a un tercio el presupuesto para los programas de violencia contra mujeres y niños. El vaciamiento que hizo de la salud pública mostró su cara más cruda con las topadoras que demolieron el Taller 19 del Hospital Borda, con el objetivo de construir un Centro Cívico en ese predio. Ese taller de oficios apuntaba a dotar de herramientas y conocimientos a los que recibían el alta, para que pudieran reinsertarse socialmente después de su internación.
Sus escombros no alcanzaron a tapar la brutal represión contra pacientes, familiares, militantes sociales y sindicales, trabajadores de la salud y de la prensa. Sin embargo, todos los responsables políticos y materiales de reprimir ¡en un hospital!, durante ocho horas con balazos de goma, palos y gases lacrimógenos, dejando más de 40 heridos, 8 detenidos y 5 procesados, fueron absueltos.
Aún quedan 8 compañeras y compañeros procesados, como Susana Bejarano, enfermera del Hospital Borda, y Cristina Díaz Alem, enfermera y delegada. Recientemente, al cumplirse tres años de esta brutal represión macrista, nuestro compañero Patricio del Corro, legislador porteño del PTS/Frente de Izquierda, presentó un pedido de informe sobre la policía metropolitana, que contó con la adhesión de legisladores de diversos bloques de la oposición, personalidades y organismos de Derechos Humanos.
Ese pedido al Ministerio de Justicia y Seguridad, apunta a conocer cuál fue el destino de los 38 altos mandos de esta policía, que se sabe cumplieron funciones en las fuerzas policiales y de seguridad en los años de la dictadura, cuáles son las tareas que cumplen los 27 integrantes del personal superior de esta fuerza que provienen del área de inteligencia de la Policía Federal Argentina y cuántos de sus miembros provienen de las Fuerzas Armadas.
En ese momento en que nos reprimieron en el Hospital Borda, la secretaria de Salud porteña del macrismo era Graciela Reybaud, quien hoy dirige el Hospital Garrahan junto a Oscar Trotta, dirigente de La Cámpora y ex candidato a diputado del Frente para la Victoria. No nos sorprende esta estrecha colaboración. El proyecto inmobiliario que el macrismo tenía para los terrenos del Hospital Borda contaban con el voto aprobatorio de los legisladores kirchneristas de la Ciudad de Buenos Aires. Lo mismo sucedió con los recortes presupuestarios al Hospital Garrahan, donde trabajo.
El vaciamiento de la salud pública no es algo privativo de la Ciudad de Buenos Aires. El intendente kirchnerista de Lomas de Zamora mantiene en la misma situación al Hospital Alende, donde sus trabajadoras están al frente de una lucha permanente desde hace meses para garantizar el pago de los salarios que apenas llegan a 5 mil pesos. Ellas son las que sostienen la atención de la salud de la población con su esfuerzo y hasta haciendo colectas para comprar guantes, alcohol y gasas, un mamógrafo, un equipo de rayos.
Más de ocho años con las partidas presupuestarias destinadas a la Salud, más bajas que se conozcan, muestran la realidad que el kirchnerismo quiso ocultar con inauguraciones rimbombantes de hospitales que eran sólo edificios vacíos. Una realidad que el PRO continuará y profundizará, llevando la política vaciadora que mostró en su gestión del gobierno porteño, al resto del país. Sólo allí donde las trabajadoras y los trabajadores nos organizamos, esta situación sale a la luz y estamos en mejores condiciones para enfrentar sus planes.
Despidos, precarización, pobreza… ¿y nuestra salud?
La precarización de las condiciones de vida de miles de familias trabajadoras, que aumenta con los bajos salarios y los despidos, tiene un impacto directo en la salud y se refleja entre otras cosas, en el resurgimiento de enfermedades prevenibles.
El impacto en la salud de las mujeres de la Salud es mayor que en nuestros compañeros, porque nosotras somos quienes tenemos trabajos más precarios dentro del área y quienes mayoritariamente garantizamos el sostenimiento del hogar.
En el Hospital Posadas, su director con la complicidad de los dirigentes del gremio UPCN, despidió a 630 trabajadoras y trabajadores, la mayoría eran compañeras del sector de limpieza. Las trabajadoras organizaron asambleas en las que votaron distintas medidas de lucha: paros, movilizaciones, cortes y radios abiertas a la comunidad, una de las cuales fue atacada con la militarización del hospital. Muchas personalidades y organizaciones se han solidarizado con su lucha, como Nora Cortiñas de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora o la diputada Myriam Bregman, del PTS/Frente de Izquierda, que presentó un proyecto de resolución contra los despidos en el Congreso Nacional.
Es apenas un ejemplo. Porque la lucha de las trabajadoras y trabajadores de la Salud se extendió en toda la provincia de Buenos Aires e incluso hay una carpa en la plaza frente al Congreso donde manifestamos nuestra resistencia.
Para las trabajadoras de la Salud es tan importante luchar por nuestras condiciones laborales y salariales como contra quienes quieren impedir que nos organicemos, con la represión, con los planes de ajuste que imponen los gobiernos de cualquiera de los partidos patronales o con el apriete y las patotas de las burocracias sindicales.
Vamos a enfrentar sus ataques fortaleciendo, cada día, nuestra organización y nuestra lucha: la única receta para cuidar nuestra salud y la de nuestras familias. |