La envergadura de la catástrofe social en Chiloé, apenas se vislumbra. Sus perjuicios implican a lo mínimo seis meses sin fuente laboral para la mayoría de la población, si se considera la cadena completa que también contempla los despidos en la industria del salmón, los cuales se presumen que recién empiezan.
Además del daño causado al ecosistema que sirve de sustento a la población de la región. Son cientos de familias que se encuentran en la incertidumbre, niños que no podrán ser alimentados adecuadamente, ni ser cubiertas sus necesidades básicas por un largo período. Es por esto que desde los profesores de Nuestra Clase impulsamos la organización de acopios desde el primer momento, pero esto, obviamente, es insuficiente. Es necesario volcar todo el apoyo posible a esta catástrofe cuyo causante son los mismos que se niegan a subir nuestros sueldos y a que luchemos por nuestros derechos.
Por ende exigimos a la dirección del Colegio de Profesores (CdP) que se ponga a la cabeza de solidarizar, pues también hay colegas afectados en la zona. De la misma manera, como parte de la CUT debe exigir al mayor organismo sindical del país que se ponga al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo chilote. Esta catástrofe es el resultado del actuar de los empresarios y el gobierno, siendo los más afectados nuestros hermanos de clase.
Que el Gobierno quiera invisibilizar el conflicto no es raro, bien sabemos de sus vínculos con empresarios y casos de corrupción. Es por lo anterior que los organismos de los trabajadores deben estar a la altura de las circunstancias. La CUT tiene la facultad de llamar a un paro nacional solidario, al igual que el CdP y no lo han hecho. Además, deberían impulsar y organizar los acopios para que en un corto plazo lleguen a la Isla, contribuyendo así a la resistencia de la lucha hasta lograr las legítimas demandas, sin embargo, tampoco lo han hecho.
En relación a la magnitud de la catástrofe, los bonos ofrecidos vienen siendo migajas y sólo contemplan un ínfimo porcentaje de la población. Hablamos apenas del 12%.
Los organismos de los trabajadores deben ponerse a la cabeza urgentemente, llamando a un Paro Nacional que enfrente los persistentes intentos del Gobierno por dividir el movimiento y solidarice con la región. Sólo la unidad de los trabajadores y oprimidos podrá hacer frente a la alianza del Gobierno y los empresarios.
Esta dupla tiene la ventaja de contar con los medios de comunicación y los usan, insistentemente, para dividir y engañar a la población con falsos acuerdos sustentados en pequeñas parcialidades de los involucrados. En otras ocasiones intentan ignorar la magnitud de la tragedia social, centrándose sólo en la discusión de la ‘marea roja”
La responsabilidad del Gobierno es evidente, son quienes debieron regular y fiscalizar el actuar depredador de los empresarios del salmón. De manera que ellos - el Gobierno y los empresarios- son los que deben asumir los costos y no las familias afectadas, en este caso las de Chiloé.
Las negociaciones deben considerar el sustento para todos los afectados en un período mínimo de seis meses, incluidos los despedidos de la industria del salmón y contemplar, como bien se viene planteando desde Chiloé, planes hacia adelante que permitan enfrentar la muerte del mar que han provocado las salmoneras.
La única forma de apoyarles efectivamente es fortaleciendo el movimiento, de modo tal que les permita acceder a sus demandas.. Y eso será posible sólo a través de una gran unidad y solidaridad de clase, como planteamos e impulsamos desde los profesores de Nuestra Clase. |