En el día de ayer, Mauricio “Capitán Veto” Macri en su discurso en la fábrica “Cresta Roja” creó una especie de realidad paralela a su propio gusto, que nada tiene que ver con la que viven quienes trabajan allí. Vayamos por partes.
Primero, adjudica la apertura de la empresa a “buenos empresarios”. Pero veamos un poquito la realidad. Los “buenos empresarios” son el consorcio liderado por OvoProt, una empresa que compraba la producción a “Nuestra Huella S.A.”, compañía que tiene en su haber la muerte de Ezequiel Ferreyra, un chico que a sus 4 años fue filmado juntando huevos en un galpón y a los 7 murió por una afección cerebral provocada por los agroquímicos usados por esa empresa. Su muerte hizo estallar en la cara de todo el país la realidad del trabajo infantil en condiciones infrahumanas, algo cotidiano en ciertos sectores de la economía.
Muy suelto de boca, Macri dijo que en la reapertura hay un “50 % más de empleados”. Pero esto no es más que una vil mentira, ya que todavía hay muchos trabajadores (más de 1000) que no fueron reincorporados, y a los que sí fueron reinstalados los hacen firmar un contrato por 3 meses como “período a prueba”. Centenares de ellos tienen más de 20 años de fábrica, ¿qué deberían probarle a la patronal recién llegada de OvoProt?
También, dijo que hay “5 turnos más”; si es así ¿por qué no abren la Planta 1 ubicada en Ezeiza? Hasta la semana pasada se trabajaba solo con el turno mañana y recién esta semana comenzó a funcionar el turno tarde en la Planta 2, más algunos trabajadores de “carga” que trabajan de noche.
Hay varias cosas que omitió conscientemente Macri en su discurso, como aclarar que a los trabajadores además de ser forzados a trabajar bajo un contrato de “prueba” no se les reconoce la antigüedad, tienen rebaja salarial, aumentos de los ritmos de trabajo y miles de familias viven enormes penurias gracias a las maniobras primero de Rasic y ahora de OvoProt. Sabiendo todo esto ¿siguen siendo “buenos empresarios”?
“Esto demuestra la forma en que tenemos que trabajar, escuchándonos, dialogando” dijo el presidente. Pero lo primero que hizo Macri al asumir su presidencia fue justamente todo lo contrario: los reprimió a balazo de goma limpio, con la Gendarmería en la autopista Ricchieri, cuando reclamaban por sus puestos de trabajo en un acampe.
Como vemos, que el presidente haya decidido anunciar en Cresta Roja el veto a la ley antidespidos por presión del sector empresarial para que puedan despedir libremente, aduciendo que “la ley no protegería el empleo, al contrario”, es una clara muestra de demagogia y revela claramente para quién juega este gobierno.
Pero esta maniobra del gobierno no pasó sin consecuencias: poco rato después de la partida de Macri, la propia empresa y la comisión interna (que viene cediendo a todos los requerimientos empresariales) debieron llamar a una “asamblea informativa” por el descontento que había por la falta de cobro de muchos trabajadores, motivo por el cual habían parado el día jueves.
Otra vez la misma historia que durante el gobierno kirchnerista: retrasos en el pago de los salarios. En las caras de los empresarios comienzan a mostrarse la preocupación, ya que creían haber logrado desarticular la organización obrera al dejar a gran parte del activismo fuera de la planta.
Pero la experiencia que hicieron los trabajadores de Cresta Roja organizándose para enfrentar antes a Rasic y el gobierno k y ahora al nuevo consorcio y el macrismo no cayó en saco roto. La vuelta al trabajo, a juntarse con los compañeros sin el aislamiento que provoca el estar tratando de sobrevivir con changas todos estos meses, comienza a reavivar las cenizas donde los primeros chispazos se asoman. Que surja de allí o no una nueva llama dependerá de las acciones de la empresa, el gobierno y la comisión interna, pero sobre todo de la unidad de los propios obreros luchando por sus derechos. |