A semanas del lanzamiento del programa que anunció Mauricio Macri junto a las autoridades de ARSAT, aún no se dio a conocer el listado de las 1200 localidades que le brindarán conectividad. Tampoco revelaron cómo se concretará el beneficio en los costos del abono mensual de los usuarios.
El Gobierno Nacional anunció junto a las autoridades de ARSAT el Plan Federal de Internet, que prevé la conectividad de 1200 pueblos en el plazo de dos años. Pero a unas semanas de la noticia, aún no se conoce el listado de las localidades que tendrán acceso a la banda ancha de la empresa de telecomunicaciones del Estado y a su vez, hay dudas sobre si el Plan realmente beneficiará a los usuarios o simplemente es un negocio para los prestadores locales de servicios de Internet.
En poco más de 5 años, ARSAT tendió en la Argentina más de 32.000 kilómetros de fibra óptica de las cuales hay iluminados 15.000 kilómetros. El rol de la empresa es ser “mayorista de mayoristas”, es decir, realizar las obras civiles y dejar la fibra en la puerta del pueblo o ciudad. Luego, el prestador local de servicios de Internet que contrata la banda ancha de ARSAT debe hacer el despliegue de última milla (el tendido urbano) y finalmente brindar el servicio al consumidor final.
Hoy en día hay localidades que cuentan con solo un proveedor de Internet que monopoliza el servicio. Es por eso que desde ARSAT aseguran que su irrupción en el mercado rompe con esa lógica y genera que la tendencia sea bajar los precios. La empresa estatal le cobra a las cooperativas, pymes locales o mismo a las cableras, entre 18 y 20 dólares el mega mientras que hasta el momento los montos mayoristas son superiores en 50, 100 y hasta 300% de ese valor. Por ejemplo, el valor del mega en Sunchales, Santa Fe, es de 180 dólares, en Santa María, Catamarca, 120 dólares y en Perito Moreno, Santa Cruz, el valor ronda los 160 dólares.
Oficialmente expresan, entre varios puntos, que se busca acelerar la inclusión y eliminar la brecha digital, crear empleos de calidad como así también promover la competencia y bajar los precios en todo el país para beneficiar a los argentinos. Pero sobre el Plan Federal de Internet reinan las dudas.
ARSAT va a vender un ancho de banda a los proveedores locales a un valor significativamente menor a lo que pagan actualmente, pero jamás se abordó en cuánto le va a quedar el costo del servicio al consumidor final. Simplemente apelan a “la buena voluntad” del prestador de Internet quien al contratar un servicio mayorista más barato supuestamente le va a bajar el abono mensual a los vecinos de la ciudad. Esto se puede tornar en la concreción de un gran negocio de cuantiosos dividendos para los operadores locales.
En tanto, el anuncio oficial que se llevó a cabo en la localidad bonaerense de Azcuénaga, partido de San Andrés de Giles, además de contar con las presencias del Presidente Mauricio Macri y del titular de ARSAT, Rodrigo De Loredo, tuvo la participación de la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y del ministro de Comunicaciones, el radical (y suegro de De Loredo) Oscar Aguad. Allí se manifestó que serán 1200 los pueblos que serán conectados a la red de ARSAT, pero aún no se dio a conocer la nómina de los beneficiados lo que revela que la lista para cerrar el negocio permanece abierta.
Durante la gestión anterior encabezada por el camporista Matías Bianchi, manifestaban que el servicio mayorista se les iba a otorgar a clientes que sean Cooperativas o pymes locales y anunciaban las intenciones de crear una empresa estatal de telecomunicaciones que "compita" en condiciones de mercado, directamente con las privadas, sin embargo esto nunca se concretó, si no que en la práctica resultó tirarle los cables a las privadas para que pudieran usufructuar el servicio. La administración radical de De Loredo agrega que “no hay inconvenientes” en cerrar contratos con cableoperadores o empresas multinacionales del sector que durante décadas solo invirtieron lo justo y necesario en grandes ciudades y ahora podrán usufructuar el despliegue realizado por el Estado. El kirchnerismo no cuestionó la privatización de las telecomunicaciones sino que les permitió embolsar grandes ganancias sin exigir inversiones en infreaestructura en las áreas no rentables. De esta manera, le dejó servido en bandeja al macrismo las condiciones necesarias, para que avance en toda la línea con el objetivo de profundizar la orientación de beneficio a las privadas.
Otro oportunismo político
Durante el anuncio del Plan Federal de Internet, que es casi idéntico al presentado en la gestión kirchnerista como Argentina Conectada, el Presidente Mauricio Macri destacó la importancia del tendido de fibra óptica en el país cuando hace menos de dos años atrás el dirigente PRO dejaba bien en claro su rechazo a la línea de negocio de ARSAT sobre banda ancha. “Yo nunca vi un gobierno (por el de Cristina Fernández) que malgaste tanto los recursos. Se tiran fibras ópticas que no hacen falta. Se generan empresas satelitales que no funcionan y no rinden cuentas…”, expresó el ex jefe de Gobierno porteño.
Pero poco tiempo después y con la banda presidencial colocada, Macri manifestó en Azcuénaga que "no existe igualdad de oportunidades si no puede haber acceso a Internet para todos" y luego detalló preocupado que "uno de cada tres argentinos no accede a Internet de calidad, lo cual representa una situación de injusticia. La idea es llegar en dos años a tener acceso a banda ancha de calidad para 29 millones de argentinos".
