Federico se moviliza en silla de ruedas avisó en diciembre de 2015 que estudiaría en la Facultad de Artes para que garanticen el acceso a las instalaciones, medio año después la decana Raquel Pastor sigue sin dar respuestas satisfactorias. Primero trajeron una oruga (máquina que carga la silla para subir escaleras) prestada de la Facultad de Ciencias Naturales, pero no funcionaba y las autoridades aún desconocen el presupuesto para arreglarla.
En el día de ayer la carrera de Lutheria fue mudada al “latón”, solución “temporal”, y para semejante empresa (que incluía además subir al primer piso el taller de diseño) las autoridades de Artes dispusieron de un personal de tres trabajadores, es decir planeaban solucionarlo en varias jornadas. Los estudiantes y docentes fueron quienes terminaron colaborando en la mudanza que no cumple con las condiciones de infraestructura básicas, empezando porque los días de lluvia se filtra, no cuenta con instalación trifásica y la luz es, cuando no, escasa.
El proyecto de adecuación de la Facultad de Artes para el ingreso de personas con discapacidad existe desde 2013. Este proyecto fue la respuesta de las autoridades a uno de los reclamos que planteaba el movimiento estudiantil en las “tomas de facultad”, que se garantice el ingreso a todos los compañeros. Cambios en la estructura, insumos y estabilidad docente eran parte de los reclamos centrales. La precariedad laboral en su momento costó la vida del docente Lobo, quien sin contemplaciones fue removido de su cargo tras ser “interino” por más de 20 años, situación que lo llevo a quitarse la vida.
Las autoridades reafirman la teoría conductista de reaccionar ante el patrón “estimulo- respuesta”. La gestión abandona (un espacio, los salarios), los estudiantes y docentes se organizan, plantean una medida de acción, la gestión plantea una alternativa (cuanto más económica y prolongada en el tiempo, mejor). De ahí que la organización estudiantil y docente no pueda ser algo esporádico sino más bien permanente.
El sinceramiento presupuestario
Las autoridades de la facultad de artes se amparan de palabra en la falta de presupuesto para encarar todo lo que se les señale como fundamental para el funcionamiento universitario (insumos, estructura, salarios, etc.). Este dato es incomprobable en tanto no hay balances públicos. Es decir no se sabe cuánta plata ingresa ni en qué se gasta. Una deuda no solo con quienes forman parte de la institución académica sino de quienes la financian con el IVA, es decir de toda la sociedad. La apertura de los libros contables es una demanda de la asamblea de Luthería.
Se conocen sin embargo dos datos: el primero que hay un faltante producto de la malversación de fondos de más de 400 millones de pesos, el segundo que el gobierno de Macri pese haber anunciado una partida única de 500 millones de pesos a dividir entre todas las universidades del país destinó un 10% de presupuesto menos en enero y en febrero un 12% menos.
Así como el gobierno de Macri con los tarifazos lo que dice “sincerar” es que no le correspondía a un sector de la sociedad haber usado aire acondicionado en verano así como ahora tampoco le corresponde usar estufa en invierno (y debe abrigarse más y mejor) el desfinanciamiento educativo busca “sincerar” que no todos deberían poder acceder a los estudios universitarios. Los discursos no pueden ocultar que estudiar continua siendo un privilegio para unos pocos (basta ver los índices de deserción). Ya sea por la falta de accesibilidad, o la falta de comedores y boleto universitario. De una u otra manera, amplios sectores de jóvenes que queremos estudiar, por la misma desigualdad social vemos restringidos nuestros derechos.
La necesidad de defender la educación pública, gratuita e irrestricta
Así como el gobierno de Macri pretende “sincerar” que la educación no es para todos, los estudiantes y docentes de la UNT en general y artes en particular queremos sincerar que la educación la vamos a defender. Una medida es dar a conocer el estado de la educación y buscar todo el apoyo posible, por ejemplo haciendo clases públicas en la plaza independencia. Hablando con nuestros profesores, sin que lo operativo sea un impedimento (se contrata un flete y se llevan los atriles). Sacar el arte a la calle, cuando además en general es bastante caro su acceso (y más ahora con la inflación) es una medida que puede generar simpatías.
Durante estos meses hubo movilizaciones en todo el país, con epicentro en Buenos Aires y Rosario, en Chaco movilizaciones por el boleto, en la Rioja para detener el avance de la Megaminería contaminante. Los estudiantes y docentes están protagonizando la primera defensa a uno de los derechos conquistados más importantes como es el de la educación.
El próximo 15 de Junio está convocada una nueva marcha educativa nacional. Los próximos días serán decisivos para la organización de cada facultad. Todos los estudiantes que participamos de la acción del martes que sacó el Arte a la calle (con atriles, danza, música) tenemos que participar de la asamblea del 02 de junio (a las 12) y discutir nuevas medidas para sumar más estudiantes y poder extender la organización a más facultades. El impulso de asambleas por carrera, comisiones que se propongan organizar clases públicas, llevar la propuesta a todos los cursos para preparar juntos una gran jornada educativa nacional, con cortes y clases púbicas coordinadas.
Si las autoridades de la UNT además de plantear el problema presupuestario si tienen voluntad de abrir paso a la solución como mínimo deberían sacar una resolución donde ese día no se computen las faltas así cómo también el día que cada centro de estudiantes o estudiantes planteen la necesidad de hacer asambleas para organizarse.
La lucha por una universidad pública, gratuita, laica y de calidad hoy tiene más actualidad que nunca. Y la tarea de nosotros, los jóvenes, junto a los docentes y los trabajadores es hacerla realidad. |