La represión fue en el ingreso al aeropuerto de Ezeiza, donde trabajadores de la empresa Mascardi reclamaban por despidos y descuentos ilegales, y también apoyaban un reclamo laboral y salarial de trabajadores de la empresa Securitas Argentina.
Mediante un comunicado, los trabajadores de Mascardi habían informado que habían iniciado "un plan de lucha contra una serie de despidos persecutorios que ya suman 11. Se realizaron asambleas de dos horas parando todos los turnos durante 2 semanas, y hasta un paro de 48 h. La respuesta de la patronal fue realizar descuentos ilegales y nuevos despidos".
Por su parte, uno de los trabajadores de empresa Securitas Argentina explicó a Crónica TV que "nosotros estamos en conflicto con la empresa Securitas Argentina, por pedido de reducción de jornadas de trabajo. Tuvimos reuniones en el Ministerio de Trabajo, no llegamos a un acuerdo. La empresa está persiguiendo, con sanciones. Según las normas aeroportuarias, las horas de trabajo son 160, estamos trabajando 240 horas". La empresa comprende a alrededor de 650 trabajadores.
Un grupo de más de 200 gendarmes, con carros hidrantes, avanzó sobre los manifestantes de la empresa Mascardi con palazos para desalojarlos de la autopista Ricchieri.
La respuesta del gobierno a los reclamos de los trabajadores fue, una vez más, la represión para sostener el ajuste, mientras para los empresarios avanza con un blanqueo a medida del crimen organizado.
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