¿Cómo ves al gobierno de Gutierrez y al MPN en la nueva realidad política nacional y provincial?
El MPN siempre se adaptó al gobierno nacional, siempre fue funcional porque, hasta ahora, nunca estuvo en la misma línea partidaria. Cuando ponderó el poder de la minoría al momento de desbalancear, como fue en 1985 cuando hizo fracasar en el senado la ley que iba a cambiar las relaciones con los gremios, lo jugó con fortaleza. La excepción fue Jorge Sobisch con el gobierno de Néstor Kirchner. Claro que lo que se recibía de regalías alcanzaba para pagar los sueldos de los empleados públicos y quedaba un resto. Ese escenario cambio y ahora Omar Gutiérrez ocupa espacios de gobernadores aliados porque Mauricio Macri no los tiene. Eso no implica que dentro del partido haya sectores como el que encabeza Guillermo Pereyra que presiona desde la oposición para, por ejemplo, auspiciar la ley antidespidos que luego fue vetada.
¿Cómo ves a la oposición dentro de la Legislatura y de cara a las elecciones del 2017?
La oposición del Frente para la Victoria tiene serios inconvenientes para crear un bloque homogéneo y las apuestas a nuevos dirigentes no ha dado resultado electoral. El PRO y Nuevo Compromiso Neuquén asiste a un esquema de agotamiento del líder porque nacieron y se desarrollaron bajo la figura de Horacio Quiroga. La UCR posee identidad pero no tiene vocación de poder. Libres del Sur se asocia con diferentes expresiones y después se independiza lo que le quita posibilidad de ampliar la adhesión social. De cara a las elecciones del año próximo es un hecho que el Concejo Deliberante de Neuquén significa un desafío, aunque como se requieren más votos para ingresar al sistema de distribución proporcional, se requerirán renunciamientos históricos si se pretende llegar a plantar posturas. El MPN siempre jugará a dividir por tres para poder garantizar la continuidad con el piso del 30 % que nunca perfora hacia abajo. Para el Congreso Nacional se presenta la oportunidad para el partido provincial de gobierno que el año pasado no logró que Rodolfo Kaiser sea diputado nacional y se les termina el mandato a dos que responden al petrolero Pereyra. Se renuevan tres y es una incógnita qué papel jugarán los partidos más grandes. También se observa una posibilidad histórica para la izquierda.
¿Qué rol ves que juegan los sindicatos (del sector privado y estatal) en la política provincial actual?
Los sindicatos estatales buscan acrecentar deficiencias estatales y, por la presión, logran espacios de poder como ocurrió con el EPEN, el Consejo Provincial de Educación, y ahora con la megacaja que tiene el Estado Provincial, que se lleva un tercio del presupuesto provincial, el Instituto de Seguridad Social del Neuquén. En un año con alta inflación, con un escenario económico nacional que apunta a la reducción salarial, y la necesidad electoral tienen una pista ideal para lograrlo.
Los sindicatos privados que están enrolados en la CGT son más proclives a buscar acuerdos como la UOCRA, Petroleros que administra una cuota de presión y poder que es tenida en cuenta por los gobiernos.
¿Cuál es tu visión sobre la izquierda en la provincia?
Son la voz discordante con los oficialismos nacional y provincial, como así también del sindicalismo estatal y privado. Como no tienen esquemas de pérdidas pueden mantenerse distantes de las decisiones grandes o chicas que se puedan adoptar en los cuerpos colegiados. Han demostrado capacidad de visibilización de problemas que a los grandes partidos o sindicatos les resultan intrascendentes, eso resulta positivo. |