Luego de un nuevo abrazo al Centro de Formación Laboral N° 1 de Lomas de Zamora, en el día de ayer los padres de alumnos/as junto a docentes decidieron tomar la escuela ante el cansancio por la dilación permanente en las soluciones edilicias.
En la única escuela especial de esta modalidad del distrito, se aprenden oficios que les sirven a jóvenes con diferentes discapacidades (mentales, motoras, auditivas), para una futura inserción laboral. Sin embargo, a pesar de la importancia que implica esto para los jóvenes, la escuela no tiene edificio propio.
A las malas condiciones edilicias, se suma la gravedad del vencimiento del contrato de alquiler del actual inmueble. Ante esto, la Dirección General de Cultura y Escuelas (DGCyE) no solo no da solución al problema sino que manda a la directora y a los docentes a buscar –por cuenta propia- un edificio acorde a las necesidades.
Los reclamos no son nuevos. Se sucedieron marchas al Concejo Escolar del distrito, radios abiertas, abrazos a la escuela y cortes de calles, pero las soluciones no llegan. “Tenemos que hacer visibles nuestros problemas”, nos dice una madre que sostiene que se decidió la toma como forma de dar a conocer el estado de gravedad de la educación pública.
Los problemas saltan a la vista: los baños inundados y sin agua en los depósitos, cielorrasos caídos, pisos de madera que se hunden, cables a la intemperie, faltante de vidrios en muchas ventanas, etc.
Esta problemática no es exclusiva de esta escuela. Podemos verla en miles de escuelas bonaerenses que sufren la decadencia edilicia permanente. Pero acá duelen más, porque se trata de una escuela especial donde la falta de presupuesto para infraestructura se muestra cruda y duramente, afectando a quienes la vida le ha impuesto mayores obstáculos, y justamente asisten a la escuela para intentar superarlos.
“Basta de hacer campaña con la palabra ‘Inclusión’, APLIQUENLÁ”, reza un cartel escrito por los jóvenes de la escuela. La década ganada en educación se muestra, una vez más, como sólo un discurso. |