El viernes 3 de junio en una mesa panel en la Facultad de Artes por la marcha #NiUnaMenos, se dio a conocer el caso de una compañera que sufrió un abuso sexual por parte de un estudiante de Teatro, luego de ser drogada. En la denuncia realizada ese mismo día, consta además que nuestra compañera tenía signos de violencia sobre su cuerpo. Por medio de la agrupación D+, que ostenta el cargo de la Secretaria de Bienestar Estudiantil, la gestión de la Decana Raquel Pastor tomó conocimiento de esta situación.
Por este motivo, el día 6 de Junio se realizó un corte de calle con el propósito de visibilizar el caso y desnaturalizarlo. Se presentó una nota formal con firmas de los estudiantes presentes exigiendo la expulsión del abusador, entendiendo que la integridad física de nuestra compañera y de toda la comunidad educativa, se encuentra vulnerada.
La decana Raquel Pastor sostiene, primero en La Gaceta y luego en un comunicado público, tres cuestiones realmente son alarmantes y al mismo tiempo contradictorias.
En primer término su afirmación de que “tenemos toda la predisposición para ayudarla, pero no llegó ninguna presentación al respecto” contradice el comunicado público donde da a conocer la intervención de funcionarios de la gestión.
En segundo lugar, el hecho de que la decana se puso a entera disposición del padre del agresor “para lo que fuera necesario esclarecer”, hablando siempre de un “supuesto” caso de abuso. Incluso afirma que a los familiares de la víctima es más difícil ubicarlos, poniendo un manto de duda de su actitud. ¿No debería informarse la decana sobre todos los trámites judiciales y médicos –siempre difíciles de afrontar para una víctima– que hay que hacer en estos casos? Ponerse a disposición de la familia de la alumna implica de máxima el aporte profesionales para agilizar todo lo que es necesario hacer y no dar a entender (como lo hacen las declaraciones de la decana) que hay falta de voluntad.
Además la decana Pastor incurre en una falta gravísima al sostener públicamente que entre la víctima y el victimario había una relación de pareja. Vale aclarar que el único vínculo que ella reconoce públicamente es la de compañeros de cursada. ¿Qué sentido tiene el comentario de la decana? ¿Por qué dice a un medio público información falsa que no se ha tomado la molestia de chequear? Y suponiendo solo por un instante que eso fue cierto, ¿es menos condenable una violación en el ámbito de pareja? No existe el sexo consentido si te drogan para perder el conocimiento, cualquiera sea a relación entre los implicados. La única relación era académica y es ahí donde a las autoridades de la Facultad les cabe la responsabilidad de actuar. Este argumento es parte de la estrategia de defensa que difunde el agresor y la decana replica.
A pesar de haber tomado conocimiento el 3 de junio, recién luego de cortar la calle, el secretario Académico de la Facultad de Artes, Luis Lencina, pidió hablar con la madre de nuestra compañera. La respuesta que obtuvimos fue insultante, llegando al colmo de sugerir que existían espacios para canalizar este tipo de denuncias, como la oficina del PUNA (Programa Universitario para el Estudio de las Adicciones), cuando lo que se denuncia justamente es que nuestra compañera fue drogada contra su voluntad para luego ser abusada.
La UNT no cuenta con un organismo preparado para actuar en estos casos. Aunque existan carreras como Psicología, Trabajo social y Derecho, alarma el hecho de que no hayan puesto a disposición los mejores profesionales de manera gratuita. Ante estos casos proponemos un protocolo de acción, como se implementó en la UNR y en facultades de la UBA. Un protocolo que contempla todos los casos de violencia de género (procurando intentar no llegar a casos extremos) y permite actuar a la universidad sin necesidad de pasar por las instancias de revictimización que implica hacer la denuncia policial ni esperar los tiempos de la justicia que tantas veces ha fallado en contra de las mujeres.
Es necesario destacar que los docentes de la carrera de Teatro se solidarizaron y expresaron que ellos ya habían advertido a las autoridades acerca de esta situación, que el estudiante acusado tenía comportamientos violentos con sus compañeros y que era una situación que los desbordaba. En esta semana se han suspendido las clases de algunas materias de la carrera de Teatro a iniciativa de los docentes para no exponerse más a una situación de violencia.
Desde la Secretaría General del Centro de Estudiantes de la Facultad de Artes sostenemos que las declaraciones de la decana Pastor no tienen otro objetivo que el de seguir haciendo oídos sordos a una problemática que no es nueva en la UNT y que, al igual que diversos medios de comunicación, intenta poner en tela de juicio a la víctima. Nuevamente somos docentes y estudiantes quienes tenemos que dar respuestas al vacío que dejan las autoridades. Por este motivo es que seguiremos impulsando acciones y se ha conformado una Comisión de Género desde dónde estamos exigiendo medidas urgentes. |