Europa está en riesgo de sufrir un daño económico duradero por una productividad débil y un crecimiento bajo, advirtió el jueves el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, quién remarcó su argumento de que la política monetaria por sí sola no puede poner fin a los problemas económicos del bloque.
El BCE estuvo aliviando su política monetaria en forma agresiva en años recientes para impulsar el crecimiento y la inflación, pero tuvo pocos resultados, generando crecientes opiniones de que esos estímulos alcanzaron su límite y que los gobiernos necesitan ayudar.
"No permitimos que la inflación se sitúe por debajo de nuestro objetivo durante más tiempo del evitable, dada la naturaleza de las perturbaciones a las que nos enfrentamos", formuló Draghi en el Foro Económico de Bruselas.
"Para otros, eso significa dedicar todos los esfuerzos a asegurar que la producción vuelva a su potencial antes de que un crecimiento débil cause un daño duradero", señaló.
La zona euro creció sólo un 1,6 % durante 2015, con buena parte de la expansión proveniente de los estímulos del BCE. Se prevé que el crecimiento se mantenga estable durante los próximos años y que la inflación se sitúe por debajo de la meta del BCE de cerca de 2 por ciento.
Draghi afirmó que el crecimiento por debajo del potencial durante mucho tiempo realmente reduce la fuerza de la economía, porque en lugar de que la producción suba hacia su capacidad, el potencial tiende a caer hacia la producción actual, generando un bajo crecimiento en forma permanente.
"Dado el daño que ya ha ocurrido al crecimiento potencial durante la crisis, implica también (una necesidad de NdR) actuar en forma decisiva para elevar el potencial", planteó Draghi.
Al detallar las áreas para mejorar, Draghi afirmó que la zona euro se está quedando rezagada en lo que respecta a capacidad innovadora, particularmente en el sector de servicios, y que precisa utilizar el potencial latente de su fuerza laboral, que se puede desencadenar con las políticas adecuadas. |