Tal como señaló Cristian Ritondo, Ministro de Seguridad de la Provincia, a partir del 1º de agosto, un policía bonaerense que recién ingrese a trabajar en la fuerza, percibirá un salario de bolsillo de 15.700 pesos, bastante lejos del sueldo de un docente ingresante que solo cobra $ 8800, la mitad de la canasta familiar, y más lejos aún de los auxiliares de educación, cuyos salarios rondan alrededor de los 7500 pesos.
Además, las horas Cores se abonarán con un 40% más y los efectivos que hagan adicionales en espectáculos deportivos cobrarán con un incremento del 300%. Lo que se dice una buena paritaria para fortalecer y tener contento al aparato represivo del estado, tan necesario para un gobierno que aplica ajustes y que pretende hambrear a los trabajadores.
Los estatales pueden esperar
Mientras dejan a la policía contenta y dispuesta para “trabajar” (léase dispuesta a reprimir), María Eugenia Vidal mira para otro lado y desconoce el fallo de la Justicia en lo Contencioso Administrativo de La Plata, que ordenó una nueva reunión paritaria con los trabajadores estatales encuadrados en la Ley 10.430.
Según lo dispuesto por la Justicia, la paritaria debería reabrirse el próximo martes 21 de junio. Sin embargo, el gobierno estima que recién se sentará a negociar el 14 de julio.
Recordemos que Vidal arregló con UPCN y FREGEPBA, un aumento del 15%, desconociendo la representación de otros gremios y dando por finalizada la paritaria semestral. Un aumento indigno, que se esfumó hace tiempo y deja a los salarios de los trabajadores estatales muy por debajo de la canasta básica, de la inflación y devaluación con la que Cambiemos estrenó su gobierno. | 
