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La organización Human Rights Watch (HRW) denunció este jueves que la policía de Etiopía asesinó a más de 400 manifestantes y detuvo a miles de ellos, en los últimos siete meses, durante la represión de las protestas registradas en la región de Oromia.
La ola de violentas protestas, protagonizadas en su mayoría por estudiantes, contra un polémico plan urbanístico que preveía la expansión de la capital etíope causó al menos 140 muertos a finales de 2015. Esta cifra ha aumentado a más de 400 hasta el pasado mayo, según un comunicado de HRW.
El informe detalla los métodos brutales de represión utilizados contra los manifestantes y el maltrato a los detenidos.
La vicedirectora para África de HRW, Leslie Lefkow, dijo que "las fuerzas de seguridad etíopes han tiroteado y asesinado a centenares de estudiantes, granjeros y otros manifestantes pacíficos con un descarado desprecio a la vida humana".
La policía etíope utilizó munición para controlar y matar a los manifestantes, que temían que el plan urbanístico continuara desplazando a los agricultores y granjeros de la región de Oromia, que rodea la capital etíope.
La policía y el Ejército también detuvieron a decenas de miles de estudiantes, profesores, músicos, opositores, trabajadores de la salud y personas que ayudaron a los estudiantes a huir o a refugiarse.
Un número desconocido de ellos continúa bajo arresto sin ningún cargo ni acceso a ayuda legal.
Algunas mujeres sufrieron abusos sexuales y otros detenidos fueron torturados mientras permanecían bajo arresto: colgados de los tobillos y golpeados, electrocutados o colocándoles pesos en los testículos.
Oromia es la región más grande del país y hogar de su grupo étnico más importante, integrado por cerca de 27 millones de personas, sobre una población total de más de 94 millones de habitantes. |