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La Izquierda Diario
16 de octubre de 2014 Twitter Faceboock

Elecciones en Brasil
Debate Dilma y Aécio: una burla a la inteligencia de la población
Daniel Matos

El debate entre Dilma y Aécio televisado por la TV Bandeirantes la noche del 14/10 mostró para qué sirven las elecciones y quiénes son los candidatos. Las palabras que más se destacaron fueron “mentira” y “liviandad”, y sobraron los autoelogios.

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En sus consideraciones iniciales, Dilma declaró: “Logramos sacar a 36 millones de personas de la pobreza extrema, de la miseria y logramos que 42 millones de personas pasaran a formar parte de la clase media”. Obviamente, no dice que eso fue muy poco comparado con las ganancias históricamente inéditas que amasaron banqueros y empresarios.

Aécio, por su parte, comenzaba reivindicando la estabilidad de la moneda lograda bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (FHC). Por supuesto, nada dice que fue al precio de una mayor desvalorización de los ingresos de los trabajadores y de las mayores tasas de desempleo en la historia del país.

Cuando falta salud, el ataque pasa a ser la única defensa

En su pregunta inicial, Dilma aborda el tema de la salud denunciado que el gobierno de Aécio en el estado de Minas Gerais no invirtió en salud el valor exigido por la Constitución.

Alegando “desinformación” de su adversaria, Aécio afirma que el Ministerio de Salud de Dilma atribuyó a Minas Gerais el reconocimiento del mejor nivel de salud de la región sudeste. Sin perder tiempo, pasa la pelota a su adversaria planteando que en los tres mandatos del PT, la participación del gobierno federal en inversiones de salud se redujeron de 56% a 45%. Por supuesto, Aécio no dijo que bajo el gobierno de FHC los gastos en salud fueron drásticamente reducidos al mismo tiempo que buena parte del sistema fue privatizado.

Dilma vuelve a contraatacar afirmando que en Minas Gerais el Sistema de Transporte de Urgencia de Personas accidentadas en las calles (SAMU) existe apenas en el 28% de los municipios y el 45% de la población está desprovista de este servicio.

Después de alegar nuevamente falta de información” y “oposición descalificada”, Aécio promete aumentar el programa “Salud de la familia” y no discriminar a los médicos cubanos que arribaron al país y tienen ingresos más altos que los médicos del país.

Intercambio de caricias

Cuando llega su momento de preguntar, Aécio expone el contenido profundo de la disputa presidencial: “Candidata, desde el primer turno, su campaña ha estado marcada por ataques, ofensas, mentiras (…) ¿La señora no se arrepiente, candidata, de haber hecho una campaña con ataques tan violentos y crueles durante el primer turno contra sus adversarios?”

Dilma responde también con la profundidad que le cabe al cargo, “Candidato, creo que quien hace ataques crueles es Usted, y creo que el señor distorsiona hechos y realidades”.

Frente a las tendencias recesivas de la economía: demagogia y ajuste

Apelando al creciente descontento motivado por la inflación, Aécio cuestiona la propaganda de gobierno que la ignora. Dilma responde alegando que lo que su adversario propone para la suba de los precios es el ajuste contra los trabajadores, como habría señalado el futuro ministro de economía de un eventual gobierno del PSDB, Armínio Fraga.

Obviamente, la candidata no dice que su propio ministro de economía, Guido Mantega, ya anunció que luego de las elecciones deberán hacerse ajustes. No dice que su propio gobierno tiene en manos un proyecto de ley que facilita y amplía el mecanismo de suspensión de los contratos de trabajo como forma de flexibilización de las leyes laborales (CLT).

Aécio niega planes draconianos y alega que su secreto será hacer crecer la economía con mayor “eficiencia” y “transparencia”. Estas son palabras que en el lenguaje de los tucanos (PSDB) significan: privatización, reducción de empleos, reducción salarial y recorte de gastos sociales.

El país de las maravillas en educación

A cierta altura del debate Dilma aborda el tema educativo: “Si me consideran a mi o al Presidente Lula, triplicamos el valor del gasto en educación”. Por supuesto no dice que contabiliza, como parte de ese presupuesto, los recursos destinados a subsidiar a los capitalistas de la enseñanza privada a través del programa “Prouni”. Como en el caso de la salud, el autoelogio es tal que no se entiende por qué miles de personas salieron a las calles en Junio del año pasado protestando por las pésima calidad educativa.

Indagado por el programa de enseñanza técnica del PT, llamado “Pronatec”. Aécio Neves intentó elogiar la educación en Minas Gerais como la mejor del país y se atribuyó la paternidad de aquel programa social del PT a la experiencia de enseñanza técnica del gobierno del PSDB en San Pablo. Claro que Aécio no toma en cuenta entre estos “avances” la gran onda privatizadora de la enseñanza bajo el gobierno de FHC ni tampoco las encuestas que ubican a San Pablo entre los peores indicadores de la enseñanza primaria.

El muerto se ríe del degollado

Aprovechando que en los últimos días volvieron a conocerse nuevas evidencias de participación del PT en los escándalos de corrupción de Petrobras, Aécio ataca: “Todos los brasileros nos despertamos todos los días sorprendidos por nuevas denuncias. En relación a Petrobras, es algo absolutamente increíble.”

Después de postularse como la combatiente anticorrupción, Dilma lanza el contraataque enumerando los escándalos que involucran al PSDB, “Además, candidato, me pregunto, ¿dónde están todos los involucrados en el caso Svam? Todos libres. ¿Dónde están los involucrados con la compra de votos durante la reelección? Todos libres. ¿Dónde están los involucrados con la Carpeta Rosa? Todos libres. ¿Dónde están aquellos involucrados en el mensalão tucano, mineiro? Todos libres. ¿Dónde están los involucrados en el subte a la compra de trenes de San Pablo? Todos libres”.

Es por estas y otras cuestiones que el debate terminó con sabor amargo de empate. Lejos del sentimiento que emergió en las calles durante las manifestaciones de Junio y de no legitimar las medidas de ajuste que vendrán de la mano de Dilma o de Aécio.

 
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