La historia de todo gran campeón siempre está rodeada de luchas arriba y abajo del ring; la primera batalla que dio Alí fue por su propio orgullo en un restaurante de EE.UU. Cuando todavía se hacía llamar Cassius Clay se negaron a servirle comida por “su raza”. Alí, cuando todavía llevaba colgada la medalla de oro que acababa de ganar en los juegos olímpicos de Roma en 1960, no dudó un segundo en arrojarla al Río Ohio: no quería llevar una medalla por un país donde existía la segregación. Tenía 18 años.
Lo cierto es que a Alí le tocó vivir en un tiempo y en una nación que estaba atravesada por conflictos raciales que hasta nuestros días siguen haciendo eco. En ese contexto de odio, violencia y miedo, Mohamed Ali se convirtió en ese amigo –boxeador- que todos los débiles y oprimidos quieren tener de su lado a la hora de defenderse. En ese sentido la guerra de Vietnam funcionó como una suerte de levadura que exacerbó todos los problemas sociales que hasta esa época se habían mantenido callados o controlados. Las minorías de todo tipo se comenzaron a organizar por sus derechos, surgieron líderes, referentes y también la represión.
En 1965 Malcom X es asesinado de un escopetazo en el escenario durante un discurso. El salto a la fama social y política de Alí fuera del ring surgió cuando “Cassius Clay” se negó a ir a la guerra en 1966, apelando a una objeción de conciencia, las palabras de su descargo a la junta militar de reclutamiento siguen impactando aun hoy por su lucidez y filo.
“¿Por qué habría de disparar yo un fusil contra los vietnamitas? Ellos nunca me han llamado nigger, nunca me colgaron de un árbol, nunca me lanzaron sus perros. Si he de morir ha de ser aquí… ¡Ustedes son mis enemigos!”
Un año después se lo despojó de su título y licencia de boxeo por semejante atrevimiento. Tuvo que esperar tres años para volver a subirse al ring; cuando volvió a boxear en 1970, ya no era el mismo: boxísticamente había perdido la velocidad que lo distinguía, pero todavía faltaban llegar sus batallas más feroces.
Políticamente tampoco era el mismo. En 1968 Martin Luther King es asesinado de un tiro en la garganta mientras se encontraba de viaje, apoyando una huelga de basureros en la ciudad de Memphis. Seis meses después, Tommie Smith y John Carlos hacen el saludo Black Power cuando reciben las medallas de oro en las olimpiadas de México. En 1969, Alí rompe con Nación Islámica (movimiento político y social religioso al que adhería). Continuó siempre su defensa de los derechos civiles del pueblo afroamericano, pero ahora con una actitud más moderada.
En 1974 realiza “La pelea en la selva” contra George Foreman, el mayor hito de su carrera boxística y una gran página en la historia del deporte, también fue un hecho político que le dio legitimidad a la dictadura del entonces presidente de Zaire, Mobutu Sese Seko, quien llegó al poder en 1960 mediante un golpe de estado orquestado por la CIA contra el primer ministro Patrice Lumumba.
El icono
En 1975 Alí decide darle la oportunidad de ganar el título a un boxeador desconocido y combate contra un profesional de 37 años (en el ocaso de su carrera) apodado “El Sangrador de Bayonne”, Chuck Wepner su nombre. Alí le gano por K.O. en el round 15. La decisión de Wepner en igualar a toda costa al famoso campeón del mundo inspiró a un joven escritor y actor desconocido llamado Sylvester Stallone para escribir el guión de Rocky.
En 1978 DC Comics edita “Mohamed Alí vs Superman”: ya no había rivales de este mundo que se pudieran medir con su leyenda; Superman sale bastante maltrecho, pero al final unen fuerzas contra un enemigo común.
Retirado en 1979, volvió al año siguiente para retar a Larry Holmes. No pudo ganar. Ali peleó por última vez el 11 de diciembre de 1981 en Nassau perdiendo contra Trevor Berbick. Fue diagnosticado de Parkinson en 1984.
Los últimos años de su vida fueron una sombra de la imagen de su pasado, dándole la mano a Jimmy Carter y Ronald Reagan o recibiendo condecoraciones de George W. Bush.
Fue -con toda seguridad- el mejor boxeador de todos los tiempos. Se consagró tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón olímpico. 61 peleas, 56 victorias, 37 por K.O. y 5 perdidas, su record. Mohamed Alí su nombre. Hasta siempre, groso. |