Contanos cuál era la coyuntura política en el país en el momento de producirse la Masacre de Avellaneda, con Duhalde a la cabeza del gobierno y a meses de las jornadas de diciembre de 2001, mientras persistía el grito del “que se vayan todos” en la unión entre movimientos de desocupados y asambleas populares.
El contexto específico del momento de la Masacre de Avellaneda después de la rebelión de diciembre de 2001 era de inestabilidad política, hasta que Duhalde pudo asentarse en el manejo de las riendas del Estado. Pasamos por la caída de un presidente tras otro, la movilización permanente, el “que se vayan todos”, la imposibilidad de salir a la calle del grueso de la dirigencia política. Por otro lado, en ese momento, los movimientos de desocupados habían llegado al máximo de su desarrollo, coordinación y gran peso político. Desde la segunda mitad de los noventa fueron, tal vez, la expresión de la resistencia a los planes de ajuste, de desocupación del menemismo y jugaron un rol de vanguardia dentro de la clase trabajadora y los sectores populares. No se puede explicar la rebelión de diciembre de 2001 si no se la vincula al despliegue, a la acción de calle, al desafío a la legalidad vigente, al poder instituido que llevaron adelante, como fenómeno nacional. Tal vez, primero asentado en aquellas ciudades y territorios en los cuales la privatización de YPF, el desguace de fábricas enteras, dejó un tendal de desocupados como en Mosconi o Plaza Huincul, para luego instalarse de manera masiva en los barrios del conurbano y hacer de los piquetes un método de lucha. De tantas experiencias, había aprendido que era un golpe muy duro para la clase dominante poder sitiar los puentes de acceso a la capital e impedir prácticamente el desarrollo de la actividad económica en toda la ciudad y en parte del conurbano.
Así como en 1921 Yrigoyen dijo al comisario Héctor Varela "Vaya, haga lo que tenga que hacer" para "aplacar" a los peones rurales en huelga - hecho que devino en la masacre de lo que fue la Patagonia Rebelde- Duhalde le hizo un guiño a Juan José Álvarez, su secretario de Seguridad, quien había manifestado que si se cortaban los accesos a Capital el gobierno lo tomaría como una acción bélica. ¿Qué sucedió el 26 de junio? ¿Qué había en juego?
El 26 de junio estaban en juego dos intereses/políticas abiertamente contrapuestas. Por un lado la del fortalecimiento de un poder popular que no se quedaba solo con algunas concesiones como había sido el plan Jefas y Jefes del gobierno de Duhalde como forma de cierta contención social, sino que iban por conquistas más profundas como la exigencia de trabajo. Y por otro lado, la decisión de las clases dominantes de cerrar a sangre y fuego ese proceso y acabar con las cenizas que dejaron los fuegos del 2001 y en definitiva buscar una salida represiva a la profundización de la lucha de clases. Ese era el modelo de Duhalde, también era el modelo de imperialismo y de todos los monopolios nacionales y trasnacionales que operan en la Argentina, que siguieron dueños del poder durante el gobierno de Duhalde pese a la rebelión del 2001. En ese contexto, la represión fue planificada por los altos mandos del gobierno, de todas las fuerzas represivas. El papel que le cupo a Juanjo Álvarez, Alfredo Atanasof, Oscar Rodríguez de la SIDE y a la Embajada yanqui también fue decisivo como para dar un ejemplo aleccionador e incluyó, mecanismos de inteligencia y sobre todo jugar con la idea de formar falsa información y de tergiversar las cosas. Aníbal Fernández repitiendo que los piqueteros se mataron entre ellos, que los “encapuchados” habían quemado un colectivo, típicas acciones de los servicios como maniobra intentando que el grueso de la población que había visto con simpatía la confluencia de las asambleas populares, el movimiento piquetero y el naciente movimiento de empresas recuperadas que se venía desarrollando al interior de la clase trabajadora. Las clases dominantes pensaron que mostrando la idea que este era un grupo sedicioso, ajeno a los intereses populares iba a lograr su objetivo de cerrar este capítulo por la vía represiva.
¿Cómo vivieron la jornada en ATE Sur?
Desde ATE Sur, el sindicato donde actúo, fuimos parte de esa jornada de lucha cortando puente La Noria junto a otras organizaciones, acciones que veníamos haciendo desde fines de los noventa. Esa misma noche estuvimos en la Plaza de Mayo, donde nos encontramos con otra dirección sindical recuperada, SUTEBA Matanza, junto a otras organizaciones. En ATE Sur, están Las figuras de Darío y Maxi nos resultan inolvidables. Me gustaría señalar que el proceso de entrelazamiento de nuestra actividad con el movimiento de trabajadores desocupados fue creciente una vez que nuestro ATE Sur y un poco la CTA regional que dirigíamos en Lomas fue convirtiéndonos un poco para desarrollar una especie de sindicalismo piquetero y con cortes en el puente de Claypole, Burzaco, Puente La Noria, Pueyrredón o en algunas de las rotondas, en el puente de la Noria, en el Pueyrredón.
Duhalde sale del escenario, entra Néstor Kirchner…
Duhalde tuvo que anunciar que no seguiría y adelantó las elecciones. La clase dominante no podía gobernar como hasta entonces y de alguna manera surgió la capacidad del peronismo de reconvertir a uno de los principales adalides de la privatización petrolera en un progresista, en alguien que durante décadas no tuvo malas relaciones con la Dictadura sino que se enriqueció haciendo negocios inmobiliarios con su familia pero que luego pasó a ser un adalid de los Derechos Humanos, y que ni siquiera recordaba cada 24 de Marzo qué fue el golpe y pasó a convertirlo en feriado y a decir que éramos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Con todas las falacias que encierra. Tuvieron que decir, incluso del Estado mismo, que no se podía reprimir la protesta social. Eso es una victoria de la lucha popular y el significado que cobró para las clases populares aquél 26 de junio
Luego de un ciclo de 12 años de cooptación kirchnerista ¿cómo quedaron los movimientos de trabajadores desocupados? ¿Hubo avances en la recomposición del movimiento obrero ocupado?
La dirigencia del kirchnerismo, los propios Kirchner comprendieron que había una situación política que requería otras respuestas políticas. Hay que reconocer que del “qué se vayan todos” como descrédito profundo de la institucionalidad burguesa en la Argentina, los Kirchner lograron recomponer el régimen, sabían que la gobernabilidad se adquiría con ciertas concesiones y ayudado por el viento de cola de la economía, el precio de la soja, y sin cambiar algo estructuralmente, manteniendo el rol de la primarización de la economía, el modelo agro exportador del país, de todos modos contaron con recursos para desarrollar una amplia política de cooptación y contención del movimiento popular. Esa necesidad que tenía el gobierno kirchnerista de no profundizar la confrontación social permitió que la paulatina recuperación del empleo y del salario pusiera en el centro de la escena política y de la lucha de clases a los sectores del movimiento obrero ocupado y especialmente el industrial. Fue un proceso lento de acumulación y sin embargo en 2005 aparecieron luchas de trabajadores, (telefónicos, Garrahan, subte) y así, fueron erigiendo algunas referencias que el kirchnerismo intentó taponar con el ascenso público de la figura de Moyano como el principal interlocutor con las paritarias recuperadas como práctica y con techos salariales que en los primeros años pudieron estar por arriba de la inflación real dado el golpe tremendo que habían sufrido nuestros salarios en el periodo anterior.
A 14 años de la Masacre de Avellaneda, con el avance del plan de ajuste de Macri y los gobiernos provinciales, el impeachment en Brasil, la represión y asesinatos de los maestros en Oaxaca, el avance de la derecha en EEUU con Donald Trump y el brexit en Gran Bretaña, ¿qué escenario ves y, en este sentido, cuál es la salida para que el pueblo trabajador no siga pagando las consecuencias de estas políticas?
Que quede claro que el imperialismo, el capital financiero internacional y todos los grupos monopólicos locales y trasnacionales son la base la expresión de quienes hoy gobiernan el país. En realidad no estamos hablando simplemente de que en la Argentina ha llegado por el voto popular al gobierno la misma fracción de la clase explotadora que ha perpetrado los golpes de Estado,( …)son parte del empresariado monopólico que aprovechó el Estado para enriquecerse, que fue participe y beneficiario de los negociados de la deuda externa que aún siguen pesando sobre nosotros y que, el anterior gobierno se jactó de ser pagador serial de esta deuda, es decir de beneficiar a los Macri. Y que ahora este gobierno con el pago a los fondos buitre, el pedido de perdón a los estafadores de la Repsol o a los que habían destruido Aerolíneas después de la privatización, con el arrodillarse y pretender ser líder de quienes defienden los intereses del imperialismo yanqui en la región. En definitiva, el imperialismo, el capital financiero internacional y todos los grupos monopólicos locales y trasnacionales son la base la expresión de quienes hoy gobiernan el país. En Argentina está en juego derrotar a nuestro enemigo y eso nos exige la más amplia unidad de la clase trabajadora y del pueblo porque no podemos ser capaces de gestar un frente de lucha común a todos los sectores obreros y populares incluso, con todas las diferencias políticas. Del 26 de junio a hoy, gran parte de esos movimientos sociales llegaron a la conclusión que hace falta construir fuerza política con un horizonte socialista para transformar las estructuras de la sociedad. Pienso que debemos gestar una amplia unidad de lucha, con nuestra clase trabajadora a la cabeza, y con el conjunto de los sectores populares golpeados por este ajuste criminal de Macri.
Y en el resto del mundo…
Este es un desafío, en todo el mundo. En parte en las organizaciones políticas y sociales que intervengo fueron valiosos los procesos de Venezuela, Bolivia y la Revolución Cubana. Pero estamos en la encrucijada de que el ataque del imperialismo, la decisión de reposicionarse en la región, que ha llevado incluso a acordar con la burguesía brasilera un golpe institucional, o haber conducido antes los golpes en Paraguay, en Honduras, asediar permanentemente a Venezuela promoviendo el golpismo, nos obliga a estar muy atentos. Vemos con mucho dolor, preocupación y solidaridad con el pueblo mexicano que vive esas terribles masacres. El imperialismo, con el desenvolvimiento de estas fuerzas derechistas genera una barbarie inmensa. En línea con lo que ocurre en Europa, con el asenso de grupos neonazis, de la ultraderecha, del odio a los refugiados, sectores populares expulsados por las guerras que genera el imperialismo y lo vemos, también en la derecha norteamericana que tiene expresión en las dos fuerzas políticas que se alternan en el gobierno pero que llegan a límites grotescos como la figura de Trump. El futuro de la Humanidad está en manos de los trabajadores y el pueblo, hay que construir mucha fuerza social y política mientras existan estos niveles de opresión esta voracidad del gran capital, habrá resistencia y el desafío que tenemos en todo el mundo de ser capaces de dar la articulación y proyección política de la clase trabajadora y de nuestro pueblo. Tenemos confianza en eso y aunque parezca grande la relación , el 26 de junio en el Puente Pueyrredón cada año y este año en particular contra la derecha de este gobierno, es un granito de arena más que importante en el camino de recomposición de las fuerzas obrera y populares que necesitamos construir.
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