Pasaron seis meses desde la asunción de María Eugenia Vidal al gobierno de la provincia de Buenos Aires. El primer semestre no trajo ninguna mejora en la situación de las mujeres. Se cerraron programas destinados a combatir la violencia de género, se mantuvo el irrisorio presupuesto asignado al Consejo Nacional de Mujeres, organismo destinado a implementar la ley contra la violencia de género, de $ 4,50 por cada mujer.
Luego de las masivas movilizaciones del #NiUnaMenos la gobernadora anunció un plan que contempla una serie de medidas destinado a “dar respuestas a las mujeres víctimas de violencia”.
Entre los objetivos del plan figura la creación una red de refugios provincial, la apertura de una línea de denuncia, la implementación de un sistema de pulseras electrónicas para monitorear el cumplimiento de las medidas de prohibición o restricción perimetral. También se anunció un programa de “capacitaciones virtuales” para efectivos policiales, aunque lo mismo valdría para el diputado correntino de Cambiemos Dindart, quien opina que las mujeres se embarazan por la Asignación Universal por Hijo.
Hasta el momento el plan presentado consiste en un conjunto de declaraciones y objetivos generales pero se desconocen las medidas concreta para poner en ejercicio la protección efectiva de las mujeres. Desde el gobierno aseguran que para el 2019 la provincia de Buenos Aires pasaría de tener dos refugios a tener 50. No obstante la gobernadora no ha aclarado cuál será la partida presupuestaria destinada al programa. Argentina ya cuenta con la experiencia de una ley sancionada en el 2009 que ante el desfinanciamiento de los gobiernos kirchneristas y macrista no cuenta con las partidas necesarias para implementarse.
El plan al mismo tiempo deja sin resolver un conjunto de problemas más profundos que afectan a las mujeres en situación de violencia. No contempla subsidios a las víctimas, licencias laborales, acceso a crédito a tasa cero para acceder a una vivienda, el acceso gratuito al asesoramiento o la intervención de equipos disciplinarios para abordar cada caso. Es decir, el proyecto no sólo es poco claro en función de que ni siquiera se conoce su presupuesto, sino también desde el hecho de que no se propone un abordaje integral hacia las mujeres en situación de violencia.
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La gobernadora de la provincia de Buenos Aires trata de mostrarse como el ala “sensible” en materia de políticas de género. Sin embargo el contenido profundamente machista de la política del PRO y de sus dirigentes echa por tierra cualquier intento. La violencia de género requiere de medidas urgentes, como la Ley de Declaración de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres presentada por el Frente de Izquierda.
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