A raíz de la denuncia del Ayuntamiento de Madrid y posteriormente de la Fiscalía, ambos artistas permanecieron en prisión provisional durante cinco días, acusados de supuestos delitos de enaltecimiento del terrorismo, entre otros, por el solo hecho de representar una obra de títeres. A esto le siguió una campaña represiva contra la libertad de expresión lanzada por el Gobierno y las instituciones más retrógradas. Desde Izquierda Diario les propusimos una entrevista, en base a algunas preguntas, que respondieron en común acuerdo.
ID: Tras vuestra salida de prisión podéis contarnos qué acusaciones se mantienen y en qué momento se encuentra el proceso al que os enfrentáis.
Las acusaciones que se nos mantienen son las de enaltecimiento del terrorismo y de incitación al odio, y ninguno de estos dos delitos tiene sentido. Lo de la pancarta queda muy claro que no tiene nada que ver con enaltecimiento. Ésta aparece en un contexto en el que se desarrolla un montaje polícial en el que se quiere acusar a la protagonista de terrorismo y por eso le colocan una pancarta para hacerle una fotografía y así poder acusarla.
El otro delito, normalmente, es para casos donde se incita al odio por motivos raciales, inclinaciones sexuales, diversidades funcionales, cuestiones de género, etc. En nuestra obra, obviamente no aparece nada que pudiera ser considerado incitación al odio, no nos queda muy claro a que se refieren cuando nos lo imputan.
Estos dos delitos pueden llegar a sumar hasta 7 años de prisión. Actualmente todo sigue igual, seguimos en proceso de instrucción esperando si archivan o pasan a juicio. Seguimos con las medidas cautelares de firmar cada 15 días Raúl y cada mes Alfonso, retirada de pasaporte y prohibición de salir del estado español.
Tras vuestra detención saltaron a la escena pública varios temas a debate. La manipulación de la derecha mediática influyó notablemente en los mismos ¿creéis que los debates se desviaron respecto a cuestiones más centrales como la libertad de expresión?
Nuestro caso fue especialmente mediático porque era un caramelo para algunos medios de comunicación y la clase política en su conjunto. Sirvió para desviar la atención y así evitar hablar de temas importantes que eran noticia como la descomposición del PP en Valencia debido a la corrupción.
Es evidente que el caso supuso, además de un ataque a nuestra libertad individual, un claro ataque a la libertad de expresión y creación. Y no nos referimos sólo la nuestra sino la del conjunto de la sociedad.
Pero a nuestro parecer lo más perverso de todo ha pasado bastante inadvertido en el debate mediático. Se trata del abuso de poder y la instrumentalización política de la justicia y de eso precisamente hablaba nuestra obra. A nosotros se nos encarcela sin haber cometido ningún delito, sin haber violado ni tan si quiera alguna de sus leyes. El Estado pone a funcionar toda su maquinaria represiva, policial, judicial, carcelaria y mediática porque interesaba políticamente hacerlo en ese momento. El código penal, la ley mordaza, y determinadas prácticas represivas (como las listas negras policiales en la calle o el régimen F.I.E.S. en prisión) han generado un abismo de indefensión jurídica para cualquier persona que aborde su práctica política desde la acción directa.
Y todavía hoy los medios se esfuerzan en crear alarma cada vez que vamos a actuar como si trajesemos el apocalipsis y como están en campaña política tratan de vincularnos con partidos políticos como Podemos con los que no tenemos ningún tipo de relación.
Vuestro caso inmediatamnete tuvo una gran respuesta de apoyo social, hubo muestras de apoyo en todo el Estado y en el exterior. A pesar de ello, la denuncia se mantuvo. ¿Cómo valoráis la actuación del Ayuntamiento en todo este proceso?
El ayuntamiento actúo como cabria esperar de cualquier ayuntamiento. Lo primero que hizó fue poner una denuncia ante el escándalo que le iba a venir encima y así cubrirse las espaldas. Esto lo hizó de manera casi inmediata, sin saber bien que había pasado pero por si acaso yo ya tengo puesta mi denuncia. Después de esto y tras el cambio de opinión de la sociedad cuando se empezó a conocer el contenido real de la obra y la utilización política de nuestra detención fue cuando también empezaron a caerle criticas a Podemos de sus votantes. De ahí que recularan e intentaran arreglar esto haciendo un escrito diciendo que no tienen interés en que la denuncia siga adelante. Aun así esa denuncia está sumada al procedimiento que lleva la Audiencia Nacional.
La actuación del ayuntamiento no ha sido limpia, ni clara, es más, ha sido bastante contradictoria. También intentaron disfrazar su denuncia como una especie de incumpliminento de contrato, cosa que es mentira y además no tiene sentido por dos motivos. El primero es porque han denunciado por lo penal y no por lo social, como cabría esperar si es por un tema laboral y el segundo es que en ningún momento hubo incumplimiento de contrato, fuimos a trabajar e hicimos la obra por la que nos habían contratado, se mandó dossier de la obra y la documentación requerida antes de esta contratación.
Muchos son los casos de represión en los últimos años. No solo la nueva Ley mordaza, sino otras leyes con las que ya contaba el estado burgués están siendo hoy utilizadas para reprimir toda voz crítica con el sistema. Cantantes, artistas, sindicalistas, jóvenes luchadores son condenados por expresar sus ideas y defender sus libertadaes. ¿Por qué creéis que historias como La Bruja y Don Cristóbal son tan perseguidas?
Quieren que la cultura sea simplemente un bien más en la sociedad de consumo. Existe el mito de la cultura despolitizada o desideologizada, pero generar "productos culturales" que no aborden lo político, es decir, lo común, esconde también una ideología y muy peligrosa, la del capital.
El grupo musical Hechos contra el Decoro decía en una canción que "cuando todo se puede decir la forma de censura es el consenso". Obras como la nuestra lanzan un mensaje contra el poder, pero sinceramente creemos que tampoco deberían estar tan temerosos de una obra de títeres. Su capacidad para hacer peligrar este sistema corrupto es ínfima ya que su impacto es muy limitado, salvo en ocasiones en que elementos inesperados, como lo que nos ha ocurrido, hacen que su mensaje se convierta en viral.
El hecho de que apostemos por este tipo de teatro no es tanto por su capacidad de destruir el Estado y el Capital sino para que los que estamos abajo tengamos momentos y espacios donde poder encontrarnos, cuidarnos, amarnos y construir el mundo nuevo que queremos. Para nosotros la cultura es lo que nos mantiene unidos a los demás y nos sirve para generar un diálogo y fortalecer los vínculos con nuestra comunidad. Por eso hablamos de teatro popular. Utilizando un lenguaje más postmoderno se podría decir que practicamos agitprop o que "La Bruja y Don Cristóbal" es un artefacto cultural, pero a nosotros nos gusta pensar que simplemente hacemos teatro en su forma más pura, la popular.
En la obra La Bruja y Don Cristóbal, Don Cristóbal representa en un mismo personaje a muchos poderes. ¿Qué representa y que actualidad tiene hoy la figura de Don Cristóbal?
El teatro de cachiporra es un teatro donde el protagonista se burlaba de los diferentes poderes que nos oprimen a golpe de cachiporrazo. Actualmente han podido cambiar las formas de opresión pero no la opresión en sí, que desgraciadamente seguimos sufriendo. Por eso pensamos que actualmente, el títere de cachiporra sigue teniendo la misma vigencia.
En nuestra obra, Don Cristobal representa algunos de los diferentes poderes que nos oprimen de una u otra manera en nuestra cotidianidad y que estamos obligados a sufrir por como está constituida esta sociedad. Con esta idea Don Cristóbal toma la forma de el propietario de la casa donde ella habita, de una monja, como personaje de la Iglesia Católica, de un policia, como elemento represivo, y de un juez, como poder judicial. En nuestra obra hablamos de estos 4 pero obviamente hay más elementos opresores en nuestras vidas como podrían ser las grandes empresas o el poder financiero a través de banqueros.
Para terminar, en la presentación de Títeres desde Abajo hacéis una declaración de intenciones: "contamos historias que creemos que son necesarias". En la situación en la que hoy nos encontramos cuánto creéis de necesario seguir contándolas?
Mientra siga habiendo Historia seguirá habiendo historias que contar y estas historias tienen mucho que ver con las que se han venido contando desde hace siglos. De ahí que en nuestro trabajo tomemos como referentes formas y personajes de la cultura popular o practiquemos un arte milenario como los títeres.
Lo que han venido a llamar como "el fin de la historia" es otra falacia que sirve a los intereses de los que ostentan el poder y el monopolio de la violencia. Todavía hoy miles de personas mueren en las fronteras, pueblos y ciudades son destruidos por las guerras del Capital, el Estado construye macroprisiones como forma de invisibilizar sus contradicciones, y millones de personas son esclavizadas a través del trabajo asalariado. Historias necesarias las tenemos a puñados. |