Foto: Diálogo COB-Gobierno. Los Tiempos
Ayer lunes por la tarde, el ampliado de la COB (Central Obrera Boliviana) reunido para evaluar los avances del diálogo sostenido con el Vicepresidente, Álvaro García Linera, y los ministros Gonzalo Trigoso, Juan Ramón de la Quintana y Roberto Aguilar y una decena de dirigentes, determinó su declaratoria en cuarto intermedio hasta que se emita una nueva norma que absorba a los 180 trabajadores, que no llegaron a firmar sus finiquitos, en la empresa SENATEX en condiciones establecidas por la Ley General del Trabajo. La aceptación por parte de la dirigencia cobista de la postura del gobierno que desde los primeros días del conflicto afirmó que al cobrar se aceptaba la finalización del contrato laboral, obviando que los derechos son irrenunciables, allanaron el camino a lograr acuerdos que hoy van contra los trabajadores a quiénes supuestamente iban a defender.
La dirigencia de la COB encabezada por Guido Mitma y de la Confederación y Federación de Fabriles respectivamente, Víctor Quispe y Wilson Mamani, con estos pre acuerdos terminan aceptando el cierre de la empresa ENATEX, sin siquiera exigir la abrogación de la Ley 2027 del “Estatuto del Funcionario Público” que impide que decenas de miles de trabajadores en todo el país puedan organizarse sindicalmente y estar amparados en las disposiciones de la Ley General del Trabajo. El gobierno del MAS y ahora la burocracia sindical establecen y ratifican el acuerdo sobre el cual los derechos laborales deben estar subordinados a la rentabilidad económica de las empresas. Esta concepción no tiene nada que envidiar a la filosofía neoliberal desplegada con Víctor Paz Estensoro y el MNR con el DS 21060 en el año 1985. La burocracia al reducir las negociaciones a los 180 trabajadores facilita la labor del MAS de cerrar las empresas en crisis, debilita la defensa de las fuentes de empleo e intenta preservar el "pacto de unidad" con el gobierno.
La posibilidad de organizar a los sectores combativos de trabajadores de ENATEX y de los trabajadores fabriles para superar a la dirección de Mitma, se ve dificultada por el abrupto acuerdo con el gobierno y la suspensión del plan de lucha, al calor del cual podía haber surgido una nueva dirección del movimiento obrero que llevara hasta el final la defensa de las fuentes de empleo y del salario hoy atacados por los efectos de la crisis económica y la cofradía anti obrera formada por gobierno, empresarios y burócratas sindicales.
El conflicto sin embargo puso en evidencia que de la crisis económica en marcha, solo se puede salir con medidas de corte político que busquen hacer pagar la crisis a quienes se beneficiaron todos estos años, como el gobierno y los empresarios. El fantasma del Partido de los Trabajadores (PT) como herramienta de lucha por la independencia política de los trabajadores y como punto de apoyo al servicio del reagrupamiento de la vanguardia obrera contra la burocracia sindical vuelve a asomarse y ser objeto de debate en los círculos de trabajadores avanzados y desencantados con la reciente traición de los dirigentes. | 
