Rodolfo González llegó a la procuración general de la Suprema Corte Mendocina en el año 1992 promovido por el entonces gobernador justicialista Rodolfo Gabrielli. También fue presidente de la Liga Mendocina de Fútbol y subsecretario de gobierno de José Bordón.
Luego de 24 años cruzados por numerosos escándalos, pedidos de juicio político y un crecimiento exponencial de la tasa de encarcelamiento producto de las actuaciones de los fiscales a su cargo durante los últimos años presentó su renuncia para poder jubilarse.
Una de las impulsoras del juicio político en su contra fue la abogada especializada en casos de género Carolina Jacky quien lo acusó por la falta de acción de las fiscalías en las denuncias de violencia de género, aunque el peronismo y radicalismo rechazaron el pedido.
Otro caso rimbombante fue la destitución que hizo del fiscal Carniello, quien se encontraba al frente de la investigación del caso Lobos, sobre el que presentó supuestas pruebas donde se lo escuchaba en conversaciones telefónicas con narcos.
Durante el gobierno justicialista de Paco Pérez el peronismo intentó infructuosamente removerlo de su cargo o convencerlo de dar un paso al costado dado que pretendían designar un nuevo procurador. Hoy la renuncia otorga la facultad al radical Cornejo de designar un cargo esencial en la justicia mendocina que es de por vida.
Desde la asunción de Cornejo se dio una alianza entre González y el gobernador para enfrentar los cuestionamientos a la gran cantidad de presos que hay en Mendoza, muchos de los cuales están privados de la libertad sin siquiera una orden de prisión preventiva.
Fue el procurador quien a comienzos de este año apeló ante la Corte Suprema de la Nación un fallo de la Corte mendocina por el cual Cornejo puso el grito en el cielo. Allí se ordenaba terminar con una situación donde el 48 % de los presos están en las cárceles por órdenes de los fiscales y no de los jueces de garantías. El gobernador acusó de “garantistas” a los jueces de la Corte en el marco de una interna judicial que encontrará en la nueva designación una profundización de la grieta allí existente.
González ejercerá su función hasta que asuma su reemplazante, para luego cobrar una jugosa jubilación que llega al 82 % móvil, un privilegio de pocos en la provincia. |