Cómodamente posicionada con la mayoría de la bancada Tory (Partido Conservador) a su favor, May se perfila como la próxima líder conservadora y primera ministra del país. En la interna conservadora que tendrá lugar el jueves 7 de julio, los diputados elegirán entre May, actual ministra del interior, Andrea Leadsom, la secretaria de energía, y Michael Gove. Según el matutino conservador The Telegraph, Liam Fox y Stephen Crabb, ambos desplazados de la carrera, expresaron su apoyo a May.
Sin embargo, la decisión final queda en manos de los 150.000 afiliados "de base" del partido tory quienes tendrán que optar entre uno de los dos candidatos seleccionados por el grupo parlamentario. La votación para el próximo líder partidario y primer ministro finalizará el sábado 9 de septiembre. Lo interesante es que en la ronda final habrá una candidata que en el referéndum apoyó la opción por "permanecer" en la Unión Europea (May) y un candidato a favor de "Irse" (Leadsom o Gove). En cierta forma esto es posible porque May, en realidad, se mantuvo en el campo europeísta con cierta distancia, lo que la deja bien ubicada para contentar a los sectores euroescépticos en la propia base partidaria. Para algunos esto no es suficiente y hay analistas que opinan que el sentimiento antieuropeo es fuerte entre la base conservadora que quiere que el país esté conducido por un euroescéptico. La disputa en el partido conservador es quién será el rival de May: la titular de energía, a la que se le acusa de contar con poca experiencia o Gove, más conocido pero poco querido. En el mundo postbrexit todo es posible.
Sea quien sea la persona que suceda a David Cameron empezará su mandato débil. Quizá valga la pena recordar que cuando Tony Blair renunció en 2007, Gordon Brown fue elegido primer ministro y líder laborista con un mecanismo similar. Si bien Brown continuó su mandato durante algo más de 2 años, hasta las elecciones de 2010, no faltaron las voces que pedían que se convocara a elecciones generales, error que tuvo que pagar.
El nuevo o nueva líder conservador, y por ende primer ministro, puede correr la misma suerte; además, con el fantasma de la recesión prevista luego del brexit sumada a la caída de la libra esterlina, el mandato hasta las elecciones del 2020 puede encontrar retos difíciles.
Laboristas
Por su parte, el gabinete de Jeremy Corbyn acordó iniciar las “negociaciones de paz” para apaciguar la situación de “guerra civil” que vive la formación. El asediado líder laborista junto a su equipo entablarán el diálogo con la facciones en disputa para evitar la división del partido. En la negociación participarán diputados laboristas, sindicatos y el comité ejecutivo nacional del Partido Laborista con el fin de lograr una “salida digna” para Corbyn con la intención de cerrarle el camino hacia las elecciones de 2020. Se adelantó que las negociaciones podrían estar presididas por la actual secretaria general de la TUC, Frances O’Grady o su antecesor, Brendan Barber.
Corbyn, votado por amplia mayoría entre los 450 mil afiliados, ha declarado que se deben seguir los canales apropiados y respetar el mandato de la mayoría; sin embargo, para Tom Watson, el segundo en comando, esto no es suficiente.
La diputada Angela Eagle, ex titular de comercio, sigue considerando desafiar el liderazgo de Corbyn. No obstante, varios colegas de su bancada temen que esta movida pueda desestabilizar y dividir al partido lo que aumentaría la fracción entre el grupo parlamentario y la base partidaria. La fracciones en guerra no le permiten al laborismo sacar partido de la división del partido conservador.
Sin embargo, no todo son malas noticias para Corbyn, según sus seguidores el informe Chilcot publicado este miércoles en el que se concluye que el Reino Unido se sumó a la invasión de Irak "antes de agotar todas las opciones pacíficas" le da crédito al sitiado líder laborista.
Informe Chilcot
El informe Chilcot, conocido con ese nombre por Lord John Chilcot, encargado de investigar el papel de Reino Unido en la invasión de Irak, fue presentado este miércoles.
Chilcot dice que la acción militar no fue el "último recurso" disponible por el Reino Unido y que los análisis sobre las armas de destrucción masiva se presentaron con una "certeza no justificada".
El informe presentado este miércoles concluyó que el Reino Unido se sumó a la invasión de Irak "antes de agotar todas las opciones pacíficas", generando la reacción de Tony Blair que debió dar explicaciones, poco convincentes, sobre su accionar durante la guerra cuando era Primer Ministro. |