En un acto de campaña en Raleigh, Carolina del Norte, Donald Trump habló sobre Saddam Hussein. “Era un tipo malo, realmente malo. (…) ¿Pero saben lo que sí hizo muy bien? Matar a terroristas”, afirmó frente a sus votantes. “No les leían sus derechos, ni hablaban”, reivindicó.
Acto seguido, acusó a las gestiones anteriores de haber “desestabilizado Irak”. “Hoy en día, Irak es el Harvard del terrorismo”, agregó el candidato republicano.
No es la primera vez que Trump hace comentarios de este tipo. De hecho, en octubre del año pasado, dijo en un programa dominical que el mundo sería “más seguro” si Hussein y Kadafi siguieran en el poder. Estas declaraciones no sorprenden por parte de un hombre que ha hecho su campaña y carrera política alrededor de la persecución a inmigrantes y musulmanes.
Hillary Clinton salió rápidamente al cruce. “En realidad, el régimen de Hussein fue un promotor del terrorismo”, asentó en un comunicado Jake Sullivan, el asesor de la candidata del Partido Demócrata.
Como puede observarse, aunque el discurso de Clinton sea más moderado, no pone en cuestión la “guerra contra el terror”. Recientemente, tras la masacre de Orlando -si bien planteó que no había que demonizar la religión- hizo hincapié en la necesidad de reforzar la “seguridad nacional”. |