Fotografía: Reuters
Se trata de la paralización total de la empresa ferroviaria más grande de Europa, que transporta alrededor de dos mil millones de pasajeros por año. Los trabajadores de la estatal Deutsche Bahn (DB) están pidiendo un aumento del 5 % y una disminución de las horas de trabajo de 39 a 37 por semana.
El sindicato que los nuclea, GDL, llamó a iniciar la medida de fuerza a las 15 hs del viernes para los servicios de carga y a las 2 am del sábado para el transporte de pasajeros. Este no es un fin de semana más en el calendario alemán, sino que es uno de los más agitados del otoño, dado que coincide con el inicio o el fin de vacaciones escolares en la mayoría de las escuelas del país.
La medida es la segunda que se realiza esta semana, y la quinta desde que se inició el conflicto. El cruce de declaraciones entre el secretario general del sindicato y el director de DB muestra el nivel de disrupción que esta huelga general está provocando.
Los directivos de la empresa estatal acusaron a Claus Weselsky, cabeza del sindicato, de un delirio de omnipotencia y de sed de poder. Por su parte, Weselsky disparó contra el directorio de la empresa por su intransigencia.
Lo cierto es que le huelga cuenta con gran apoyo al interior de las filas de los ferroviarios (ganó la votación por un 91%), y también el apoyo de la población, según las encuestas. La empresa es sin dudas a quien más le duele este paro que va a generar caos en un fin de semana clave.
A la tarde del viernes, según el periódico alemán FrankfurterAllgeimeine, la empresa hizo una nueva oferta a los maquinistas: un aumento del 5 % escalonado en 3 etapas, más una pago único de 325 euros. La empresa pidió al sindicato a que levante la huelga convocada para este fin de semana, pero el gremio se negó dar una respuesta en el momento.
Al cierre de esta edición, un nuevo comunicado del sindicato anunciaba que se mantiene el paro del fin de semana a pesar de la oferta de la gestión. El motivo principal, la negativa a reconocer al sindicato GDL en la mesa de negociaciones en representación del resto del personal (aparte de los maquinistas).
Con la descentralización de las industrias manufactureras y el auge de la economía de servicios en los países centrales, el peso y el poder de fuego de los trabajadores y los sindicatos del transporte se ha acrecentado. Evidencia de esto es la crisis que genera el conflicto simultáneo de pilotos de aviones y de maquinistas en Alemania.
Las dificultades ocasionadas por estas medidas de fuerza son tan importantes que el gobierno alemán está trabajando en una legislación para restringir los paros en estos servicios, que se presentará en noviembre.
Como telón de fondo a esta puja salarial se encuentra la desaceleración de la economía alemana, en el marco del riesgo de una nueva recesión europea que arrastre a la economía mundial. | 
