Masivas movilizaciones de la comunidad negra estadounidense a lo largo y ancho del país bajo la consigna “¡Las vidas negras importan!” (#BlacksLiveMatters). El racismo de una clase dominante que segrega a hispanos y negros, obligándolos a soportar estándares de vida inferiores a los de los blancos que habitan el mismo suelo. El costado letal de ese racismo, encarnado en puños y balas policíales que matan, no sin antes humillar y bañar en sangre. Obama, el primer presidente negro de la historia en retirada, llevándose consigo la esperanza de cambio de arriba hacia abajo. La aparición pujante en la política de una figura asqueante como Donald Trump, que propone un país libre de inmigrantes.
Con semejante cóctel, no extrañó la vuelta a la pantalla -ahora en formato serie- de lo que se recuenda como el “Juicio del siglo”, el increíble caso de OJ Simpson, un negro que se consagró jugando al fútbol americano y estuvo en el banquillo de los acusados, tras el asesinato de su ex esposa Nicole Brown, y su amigo, Ronald Goldman. El caso y todas sus implicancias lo revive la última serie de Ryan Murphy, Américan Crime Story, en su primera temporada titulada The People vs. O. J. Simpson.
I’m Not Black, ¡I’m O.J.!
Orenthal James Simpson nació en San Francisco en 1947, lugar donde comenzó a jugar al fútbol americano para su escuela. Gracias a su desempeño consiguió una “beca atlética" para la Universidad del Sur de California. Allí batió sus primeros records en la materia, corriendo miles de yardas, dejando rivales en el camino y anotando touchdowns. Convertido en historia del fútbol americano universitario, OJ dio el salto a la NBL en 1969, primero jugando para los Buffalo Bills, y luego en los San Francisco 49ers. En 1973 fue nombrado como el jugador más valioso de la NFL. Las estadísticas los llevaron a ser el segundo mejor corredor de todos los tiempos del fútbol americano, aunque hoy en día está en el puesto 17. En 1985, ingresó al Salón de la Fama.
“Yo no soy negro. Soy OJ”, es una recordada frase que pronunció en el esplendor de su carrera deportiva, palabras que reviven en la serie American Crime Story en boca del actor Cuba Gooding Jr, en un contexto muy distinto: cuando permanece tras las rejas a la espera del juicio en el que es acusado de asesinar a su ex esposa, Nicole.
Esa frase no fue más que un buen título para los pasos que daba OJ. Mientras el boxeador Muhammad Ali desataba la polémica cuando se negaba a enlistarse para ir a Vietnam, mientras los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos alzaban el puño haciendo el saludo del Poder Negro en los Juegos Olímpicos de 1968, mientras la Ciudad de Los Ángeles como todo el país revivía cotidianamente la opresión racista sobre los negros, OJ se negaba a formar parte de esa causa. El dinero lo ayudaría a dejar atrás sus raíces; se fue de su barrio para instalarse en una mansión en Brentwood (el antro del buen vivir blanco en LA), dejando a su novia y sus amigos negros, dispuesto a comenzar una vida rodeada de los blancos multimillonarios de California.
Y el público respondía: vivado entre los blancos por sus hazañas deportivas, a nadie le importaban los casos de violencia machista en los que aparecía implicado, OJ era elevado a gloria de un “Américan way of life” que lo desechó recién cuando estuvo en el banquillo de los acusados. Ese día en el que OJ volvió a ser “nigger”.
O.J. Simpson Breaks for Daylight, pintura del artista Arnold Friberg
La final olvidada
Si hay un deporte tan popular como el fútbol americano en Estados Unidos, ese es el básquet. Sin embargo, la popularidad de las finales de la NBA de 1994 venía condicionada de antemano tras el retiro de Michael Jordan, que comenzaba su carrera como beisbolista. La falta de estrellas le significó una caída del 30% en la audiencia televisiva con respecto al año anterior, y solo se recuperaría con la vuelta del gigante Jordan a los Chicago Bulls en 1995.
El 17 de junio de 1994, los Houston Rockets y New York Knicks se enfrentaban en el Madison Square Garden neoyorquino, en el quinto partido de una serie igualada en dos. Nicole Bown, ex mujer de OJ, había sido encontrada muerta con 19 puñaladas -una más que las que recibió Ronald Goldman, quien yacía cerca suyo-, pocos días antes; el 12 de junio.
En pleno tercer cuarto del play-off, con el marcador en 59-53 a favor de los Knicks, la cadena NBC cortó la transmisión para mostrar como un Fordo Bronco avanzaba por la carretera interestatal 405, con toda la policía de Los Ángeles persiguiéndo. Adentro de la camioneta viajaba OJ Simpson que intentando escapar de la policía opacó, paradógicamente, la final de un deporte principalmente protagonizado por negros. Catorce helicópteros de distintas cadenas televisivas transmitieron la persecución que mantuvo en vilo a gran parte del país, y en la que OJ terminó entregándose a la policía. La prensa definió el suceso como el primer reality show de la historia.
Racismo
"¿Estás diciendo que el policía que descubrió toda la evidencia del caso de OJ odia a los negros? (...) Eso es un obsequio. Imagina, imagina que OJ Simpson fue inculpado por la policía a causa de que era un hombre negro, y debido a que la policía de Los Ángeles tiene un problema de racismo sistemático".
Esas palabras dice John Travolta, productor y actor de la serie en la que interpreta a uno de los abogados de OJ, el mediático Robert Shapiro. Días antes, la revista Times había prendido la mecha entre una población negra cansada de los abusos raciales por parte de las autoridades. En su portada publicaron la foto del legajo de ingreso de OJ cuando era detenido. Pero con un leve retoque oscurecieron más su figura e hicieron hablar a la imagen: es culpable por ser negro.
La situación de OJ era más que comprometida. Varias pruebas lo incriminaban como autor del asesinato de su ex pareja, pero la mediatización del caso hizo que empiece a tercear la cuestión racial. Rápidamente, los negros se encontraron defendiendo a OJ, y los blancos acusándolo. Shapiro entendió que la mejor estrategia de cara al juicio era armar un alegato donde el racismo esté en el centro, ponderando que la victima era blanca, y Simpson, negro. Armó un "dream team" para la ocasión, compuesto por 9 abogados que cobraron 4 millones de dolares, en el que se destacaban el abogado negro Johnnie Cochran, Robert Kardashian (padre de las Kardashian y amigo de la familia Simpson), y Francis Lee Bailey, además del propio Shapiro, que lentamente quedó relegado al segundo plano por Cochran.
El alegato de la defensa se centró en el policía Mark Fuhrman -testigo clave de la policía por llegar primero a la escena del crimen- al que acusaban de racista. No solo el pasado de Fuhrman ayudaba a la defensa, sino la propia situación de los negros en Estados Unidos, que se mantiene vigente hasta hoy. Según datos del 2010, relevados por el Urban Institute -un instituto de análisis económico en Washington- los blancos del país poseen seis veces más riqueza que los negros. Además, según la Comisión de Sentencias de Estados Unidos (una agencia independiente de la rama judicial) los hombres negros recibieron sentencias 19,5 veces mayores que sus pares blancos en situaciones similares, entre 2007 y 2011.
Género
La serie dirigida por Ryan Murphy, co-creador de American Horror Story, encuentra en el papel de Marcia Clark -la fiscal encargada de probar la acusación de OJ sobre el asesinato de su ex esposa y su amigo-, una forma de hacer pesar en la historia el sexismo con el que se manejaron y manejan los medios en la sociedad estadounidense.
Sarah Paulson fue la actriz encargada de revivir los pasos de Clark, que tuvo que lidiar durante todo el caso con ataques sexistas de la prensa, con cuestionamientos que iban desde su peinado hasta su forma de vestirse, pasando por situaciones en las que su vida personal estuvo en el centro de la tormenta.
En un principio, la verdadera Marcia Clark se preocupó al enterarse que la serie se estaba rodando, temía tener que revivir los padecimientos que sufrió durante el juicio. Sin embargo, tras una serie de entrevistas con la acriz Paulson, Clark declaró a los medios que el director “Murphy no solo es visionario, sino que es muy valiente, porque nadie quiere hablar del sexismo”.
De todo esto y mucho más trata la primera temporada de American Crime Story; The People vs. O. J. Simpson, que puede encontrarse fácilmente en internet. Mientras tanto, el director ya está produciendo la segunda temporada, que transcurrirá en Nueva Orleans y girará en torno al Huracán Katrina, que azotó la Costa Atlántica de Estados Unidos en el 2005.
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