TS: ¿Cuáles son las demandas que tiene actualmente el movimiento?
Ricardo: El movimiento supera ya las demandas que se plantearon en un principio. El conflicto se inicia en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) bajo la exigencia de la derogación del Plan de Estudios 2014 el cual tecnifica la educación y reduce el perfil del egresado, todo esto siguiendo la línea del gobierno federal de precarizar las condiciones laborales del profesional mexicano. ESIA se convirtió en el bastión de la lucha que se expandió a las vocacionales (CECyTs), las cuales también han sufrido cambios en sus planes de estudio y a las otras escuelas superiores.
En medio de este proceso fue aprobado el Nuevo Reglamento Interno, que es un ataque a la organización estudiantil y el cual abre las puertas del Politécnico a la Reforma Educativa. El descontento con las autoridades se desencadenó y el resultado de esto ya lo hemos visto: decenas de miles de jóvenes protestando y organizándose en asambleas locales.
Es en este momento que se forma la Asamblea General Politécnica (AGP) que agrupa a dos delegados de cada escuela y centros de estudio. El pliego petitorio que definió la AGP y que se entregó a la Secretaría de Gobernación (Segob) no fue votado en la totalidad de las escuelas. Se tuvo que someter a discusión en cada una de las asambleas locales las cuales propusieron modificaciones a algunos puntos. Particularmente en UPIITA se votaron algunos cambios que después, siendo delegado votado de mi escuela, presenté ante la AGP y bajo el argumento de “el tiempo apremia” se excluyeron las modificaciones votadas de las escuelas que pudieron realizar asambleas locales. Entre las peticiones que me parecen importantes, pues retoman demandas históricas del movimiento estudiantil estaban el no cobro de cuotas y la basificación de todos los profesores del politécnico.
TS: Tras el pronunciamiento leído en las afueras de la Segob en solidaridad con los normalistas de Ayotzinapa, ¿Consideras que es importante buscar la solidaridad de otros sectores?
Ricardo: Claro, hay que entender que la lucha del Politécnico no está aislada, que la lucha de nuestra institución también se está dando en todo el país contra la reforma educativa y las demás reformas estructurales que atentan contra la educación pública y otros derechos del pueblo trabajador. Al principio un sector cayó en seguir el discurso de nuestra directora general Yoloxóchitl Bustamante que decía que los manifestantes tenían intereses externos y que no eran estudiantes. Al realizar la campaña de credencialización escudada en “medidas de seguridad”, nos aislamos del apoyo que otros sectores pudieron haber brindado, como el de los maestros de nuestras propias escuelas, planteamiento de unidad que ya se había hecho en algunas asambleas.
Si no nos sumamos a otras luchas, me parece, el movimiento cederá por desgaste o por engaños de las autoridades, para eso hay que discutir con todos los compañeros en las asambleas locales la situación en la que nos encontramos. Ya en el segundo mitin fuera de Segob se leyó un pronunciamiento por Ayotzinapa, que si bien fue un cualitativo avance, indicó el poco intercambio entre la AGP y las asambleas locales. Esto se expresó en la ausencia del Instituto Politécnico Nacional (IPN) de las movilizaciones del 8 de octubre y en la concentración del 15 de octubre, fuera de la Procuraduría General de la República (PGR).
TS: Ante el rechazo a la propuesta de Segob, ¿cuáles son las perspectivas que se están planteando?
Ricardo: El descontento ante la respuesta de Segob fue general, en UPIITA había compañeros que en un principio no estaban a favor del paro, pero al analizar la respuesta a nuestras peticiones, se sintieron indignados y desde ese momento son compañeros muy comprometidos con el movimiento. El ánimo de los estudiantes empieza a denotar la necesidad de unificar luchas y de ser solidarios con compañeros que también se enfrentan a los ataques del gobierno. Esperemos que esta “politización” de los alumnos nos permita potencializar nuestra lucha, pues a casi tres semanas de haber empezado el paro, el desgaste se empieza a observar en las escuelas.
TS: ¿Cuál consideras que deberían ser los siguientes pasos a tomar?
Ricardo: Desde el inicio he planteado que se deben realizar asambleas locales para votar postura, plan de acción y delegados que sean rotativos y revocables, con mandato de asamblea y que acudan a la AGP con facultad de emitir voto. Aun así las Asambleas Generales deben ser públicas, abiertas a la participación de todo el estudiantado. Se debe plantear la unificación de las luchas ya que el conflicto del IPN es parte de las demandas del conjunto del estudiantado que exige democratizar las instituciones educativas. Además, porque implica hoy un referente de lucha contra la reforma educativa y contra la privatización y tecnificación de la educación pública.
Creo que hay que sumar a la lucha politécnica el repudio a la desaparición forzada y asesinato de compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa, denunciando el ataque y la represión de la que son objeto. La unidad con los trabajadores requiere en primer lugar juntarnos con los trabajadores politécnicos –académicos y no académicos– con un pliego petitorio unificado que tenga como piso mínimo la abrogación del reglamento, la democratización del IPN y el respeto al Contrato Colectivo de Trabajo, así como el rechazo a cualquier intento de precarizar las condiciones laborales.
El IPN hoy está en condiciones de encabezar un llamado a que los paros estudiantiles se extiendan a otras escuelas (como ya vienen discutiendo y organizando planteles de la UACM, UAM y la UNAM), en perspectiva de convocar un Encuentro Nacional en Defensa de la Educación Pública y contra la Represión que vote un plan de lucha unificado. |