Trabajaba en el sector de mantenimiento hacía tres años aproximadamente. Un trágico accidente completamente evitable terminó con su vida, debido al hostigamiento de la patronal y la presión de los ritmos de producción. En Miller la seguridad e higiene son pequeños cursos de bombero sobre cómo apagar un incendio para que no se queme la fábrica y que el patrón no pierda nada. A Miller nunca le interesó la vida de sus obreros.
El obrero trabajaba en un sector donde hay dos tornos y herramientas de taller. Leandro estaba trabajando en el torno -sin ser tornero por lo que cuentan sus compañeros- y en un descuido la máquina enganchó su ropa y lo absorbió rompiéndole la cabeza y dejándolo sin vida en el instante. Esto es resultado de la falta de experiencia y la desidia de la patronal que exige a los trabajadores laburar en cualquier lado, aunque sus vidas corran riesgo. Negarse a una tarea es causal de despido.
La ambulancia tardó casi una hora. Los compañeros del sector de Leandro quedaron muy conmovidos por lo sucedido. Al resto de los laburantes no los dejaron acercarse.
Cinismo patronal
De parte de la empresa uno de los directivos Jorge Estévez les planteó a los trabajadores que “lamentaba este hecho” y que además días antes habían estado “reunidos pensando un proyecto en relación a la seguridad e higiene”.
El sindicato les informó a los trabajadores que hoy harían luto por respeto al joven y su familia, y mañana los trabajadores se reunirían en asamblea para denunciar la muerte de Leandro, debatir qué medidas tomar y exigirle a la empresa mejores condiciones de trabajo.
Las pésimas condiciones de trabajo en las fábricas, talleres y establecimientos del gran La Plata son las causantes de los accidentes y muertes obreras de cientos de jóvenes, como Leandro Centurión. |