Imagen: Matías Gallardo
Llovizna, un excelente campo de juego y un escenario más que importante, dicen los que saben, son condimentos perfectos para que salga un buen partido de fútbol. Si a esto le sumamos un equipo con una tradición de juego exquisito como Racing y a un Peñarol, que con sus limitaciones, es un conjunto que sabe dar batalla hasta el final, lo que obtendremos será un lindo espectáculo futbolístico.
Con estas expectativas llegaron el puñado de simpatizantes de ambos clubes, los de Nueva Italia en mayor número, al Mario Kempes el pasado Sábado.
Los dos equipos tenían en claro a que venían: por un lado, Racing, un grande con historia que sabe que la categoría le queda chica y quiere salir cuanto antes para comenzar a volver a ser lo que alguna vez fue. Y por el otro, un Peñarol, que aunque también con una importante tradición en el futbol cordobés, es principiante en este tipo de división y busca hacer pie para poder afianzarse.
El reloj marcaba las 17: 15 hrs cuando el árbitro Cesar Ceballo, dio el pitazo inicial. Los primeros minutos del cotejo estuvieron marcados por un equipo académico mejor parado en el campo juego y más decidido a buscar el partido. A los millonarios les costó hacer pie los primeros diez minutos, pero luego de eso, comenzaron a quitarle la pelota a los de Nueva Italia y, aunque sin crear situaciones claras, se hicieron los protagonistas principales.
El juego, claramente, era de esos que son mucho mejores para estar jugándolo que para ser espectador. Afuera el frio no daba tregua y adentro el partido era muy trabado y friccionado casi resumiéndose a un duelo de números 10 entre Mauro “el Beto” Velardez de Racing y Diego Palleres de Peñarol. Ambos jugadores eran, promediando el primer tiempo, los más claros en sus equipos, los que mejor se llevaban con la redonda. Fue así que a los 20 minutos tras un genial pase del “Beto”, que acarició el balón con la cara externa del pie izquierdo, Rodrigo Pavón conectó un centro para que el número 9 Baroni, y tras la pifia del capitán millonario Leonardo Troilo, concretara el 1 a 0 para los de Nueva Italia. Esta sería la única emoción para los espectadores en el primer tiempo.
En el segundo tiempo, la decisión de los de Arguello de salir a buscar el partido y en una suerte de buscar rodear a un solitario Palleres de socios para el ataque, se cristalizó en el ingreso del delantero Rubén Toloza por un Romano que poco había hecho. Claramente la intención tuvo, de alguna forma, resultados positivos.
Se vio en el complemento un Peñarol más agresivo que, aunque sin una idea clara de juego, parecía haberle perdido el respeto al gigante de la categoría y comenzó a atacarlo. Promediando el complemento, entonces, el partido se hizo más emocionante porque Racing no se quedó atrás ante los golpes que le buscaba propiciar el rival y también le respondía.
El partido, aunque sin situaciones totalmente de peligro, se hizo de ida y vuelta, y a estas alturas si el futbol se tratara de merecimientos, Racing ya no merecía la ventaja.
El partido ya saludaba al minuto 30 del complemento, y a los “millonarios” ya les comenzaron a pesar más las piernas, la cancha les parecía mas grande y los rivales se hacían más rápidos. Un campo de juego al que no estaban del todo acostumbrados les pasaba factura, sin embargo fue aquí, cuando sacaron a relucir el amor propio y levantaron la bandera con el clásico lema “a la carga Peñarol”, que tuvieronla más clara del partido. Otra vez el destino del equipo estuvo en los pies de su capitán Troilo, quien tras un centro de la derecha definió desde muy cerca del arco yquizá, por el destino, la (in)justicia futbolística o simplemente por no estar habituado a calzarse el traje de número 9,el balón se fue sobre el techo de la portería del “Cali” Rodríguez.
Ya los dos equipos comenzaban a despedir el encuentro, sin embargo, el minuto 43’ trajo consigo la perlita del partido. El jugador número siete académico, Juan Echarri, recibió la pelota en la banda derecha, pegado a la raya casi como aquellos antiguos wings. Desde allí en una suerte de jugada maradoniana, y ayudado por el trabajo de señuelo que llevó adelante el grandote Cristian Rami atrayendo la atención de los defensores, ingresó al área eludiendo rivales y definiendo sobre el arco de Marcos De Tobillas. De esta forma el “siete” de Racing sentenciaba el 2 a 0 y cerraba las persianas de un duro partido, frente a un rival aún más duro.
Luego del gol, el silbatazo final del árbitro, quien junto a sus asistentes tuvo un correcto desempeño, no tardó en llegar. Así, Racing se fue con los tres puntos que había venido a buscar y Peñarol, aunque con las manos vacías, salió con la cabeza en alto. Si bien los de Barrio Arguello podrían haberse llevado algo más, fue justa la victoria académica porque fueron ellos los más precisos, ordenados y quienes desarrollaron una idea de juego más clara que el rival en un partido entretenido que no decepcionó.
Con la victoria, Racing llegó a las 11 unidades y marcha tercero en la Zona 14 del Federal B. Por el lado de Peñarol, es muy distinta la historia, ya que cierra la tabla con 5 puntos, pero como se dijo antes, su objetivo primordial es seguir afianzándose en la categoría.
Ficha del partido
Peñarol: De Tobillas; Gallardo, Barrera, Troilo, Luna (Casas); Rivadero, Tobares (Galesio), Correa, Palleres; Espíndola y Romano (Tolosa). DT: Sergio Allende.
Racing: Rodríguez; Olocco, Mentil, Ghione, Rosales; Pavón (Molina), Carrizo, Velárdez (Vezzani), Bustos; Echarri y Baroni (Rami). DT: Sebastián Montivero.
GOLES: PT, 20 min Baroni. ST, 43 min Echarri.
Árbitro: César Ceballo.
Estadio: Mario Alberto Kempes. |
