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El editorial de Horacio Verbitsky del pasado domingo tiene todas las características de una resignación. El otro domingo el "Perro" había ventilado una presunta negociación de Scioli con Ricardo Alfonsín, donde se hablaba de una candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires del hijo portador de apellido, con Scioli encabezando la lista a presidente. La negociación ahora tomó el estatus de "sondeo" y el periodista se encarga de negarla tercerizando la desmentida en el mismo Alfonsín. Qué fácil que es el teatro de operaciones en el periodismo político de Horacio Verbitsky.
La salida a la luz del infame tratamiento que tuvo el caso Luciano Arruga, donde Verbitsky -que además preside el CELS- tuvo un alto protagonismo, fue leída por otros como un tiro por elevación al gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien comanda a la banda de mafiosos armados conocida popularmente como "la Bonaerense" y que, como es evidente, es la responsable del dramático final de Luciano Arruga.
Muchos esperaban un largo artículo de Verbitsky sobre el caso, que aporte más datos sobre la responsabilidad de la Bonaerense (basado en la variedad de fuentes que el periodista maneja) y que avanzara hacia las responsabilidades políticas de quienes dirigen a esa mafia de asesinos a sueldo. El caso Arruga demuestra, entre otras cosas, que el asesinato de jóvenes pobres es el último eslabón de esa cadena que empieza con las banderas de la "seguridad" fogoneadas por la clase media derechista y los medios y que es un componente esencial del relato sciolista.
Sin embargo, este domingo el editorialista de Página/12 -voz autorizada del "progresismo" kirchnerista- descubre un sciolismo que "ha dado un salto en calidad apreciable", con pronunciamientos "novedosos" y "contundentes". Un sciolismo con rostro humano. Y, en lugar de una denuncia contra el jefe del "Estado mayor conjunto" de las fuerzas del gatillo fácil, nos encontramos con un elogio de Scioli.
En la blogósfera peronista varios se empiezan a entusiasmar con la cercanía de un acuerdo, donde Florencio Randazzo vaya como candidato a la provincia de Buenos Aires y se pacten las listas a legisladores nacionales y provinciales con Scioli. Y de esta manera el kirchnerismo aplicaría una "teoría del cerco" al revés: se jugaría a encumbrar en la cima del poder del Estado a un "conservador popular" (la forma elegante de llamar a un menemista), a quien "rodearía" con diputados, legisladores y un gobernador de la Mazorca. Scioli al Gobierno, Cristina al poder; es la utopía de cierto kirchnerismo que, además, cree que puede haber un peronismo de doble comando (son los mismos que religiosamente todos los 5 de enero ponen los zapatitos).
La "astucia de la razón peronista" afirmamos, junto a Juan Dal Maso, en el artículo Progresismo K, la historia repetida de una impotencia, figura que retomamos también en la nota La Cámpora y la astucia de la razón peronista, luego del encuentro del peronismo en Tandil. La única verdad es la realidad. El peronismo está demostrando cuál es la suya. |