La policía de "mano dura" criminaliza la pobreza y da más poder a la policía que organiza "el gran delito", como el narcotráfico, los desarmaderos, los secuestros y la trata de personas. Sólo una comisión investigadora independiente y organización obrera y popular podrá desbaratar las mafias organizadas desde el Estado.
Tras la brutal represión del pasado jueves 30 de junio en Ituzaingó, tierras del barón Alberto Descalzo, a raíz de "confusos incidentes"que dieron lugar a apariciones mediáticas, mentiras descarnadas que calan hondo en cientos de jóvenes, trabajadores, adultos mayores y niños que apenas pueden hacer uso de una atención primaria de salud gratuita y de calidad. " Servicios irregulares", groseros agujeros negros que ha dejado una gestión de mas de veinte años, progresismo de por medio.
Internas, movimientos en las cúpulas policiales, la salida de Granados, la entrada de Ritondo con Bressi y la continuidad a pesar del "cambio". Desnudan las consecuencias ineludibles de la complicidad del Estado y la justicia con la policía.
Docentes y estudiantes expresan su voz a través de La Izquierda Diario sobre el accionar policial y la política en materia de "seguridad".
Daiana, docente de la ESB 14 y 18 de Ituzaingo, "todo mi desprecio a lo que pasó en el barrio San Alberto (...) uno que es del barrio conoce los arreglos que tienen con ciertos personajes, pero esto marca la diferencia a quiénes están "cuidando". El día de la represión había gente de la barra de Ituzaingó y ahora quieren instalar como que fué algo de la barra con trasfondo político, cuando en realidad se sabe que al no haber respuestas a las denuncias, se accionó de otra manera. Además, cómo le van a pagar a la monstruosidad de policías de emergencia de estos últimos dos años".
Marcos, estudiante de la secundaria 12 de Ramos nos dice: " los gobiernos se encargan de tapar todo y a todo aquel que trate de destaparlo lo entierran con todo lo demás".
En un escenario de ajuste que se descarga sobre los trabajadores , un sector de privilegiados enquistados en organismos estatales miran desde sus cómodos despachos el humo en las calles donde la represión se impone como primera medida.
Seguiremos diciendo a viva voz, no se trata de cuatro jefes policiales, sino de toda la institución. |