Existen varios tipos de discapacidad y personas con capacidades diferentes.
En este caso vamos a concentrarnos y hacer enfoque en los problemas que padecemos las personas no videntes, esperando que muchos más se animen a denunciar las dificultades que enfrentamos todos los días.
Generalmente y a pesar de la falta visión, las personas no videntes podemos movilizarnos por nuestros propios medios, de manera independiente. Es muy raro que haya personas no videntes que sean totalmente dependientes de sus familiares. La mayoría enfrentamos casi todos los desafíos cotidianos: estudiar, trabajar, crear una fuente de trabajo y hasta formar una familia.
Las dificultades que tenemos que enfrentar son numerosas. Entre ellas están las oportunidades de conseguir trabajo por la flexibilidad que tiene el Estado, sea que gobierne el kirchnerismo o Cambiemos, hacia los empresarios, para que ellos dispongan de los trabajadores a su antojo. Ellos deciden si toman a una persona no vidente o no. Si nos toman, recibimos un salario que casi siempre es de hambre, como el de cualquier trabajador. Pero en nuestro caso se suma una enorme diferencia: para el sentido común del empresario, las personas no videntes (o con cualquier tipo de discapacidad) no rendimos.
De esta manera debemos soportar las terribles presiones psicológicas que se cometen dentro del establecimiento de trabajo. De lo contrario, quedamos fuera del mercado laboral y condenados a vivir con una pensión que no cubre ni un tercio de nuestras necesidades.
Los que estudiamos, y aún si llegamos a recibirnos, debemos ajustarnos a las reglas educativas educativas dictadas por la universidad, es decir, por la burocracia que opera dentro del ente universitario que siempre responde a los intereses de los empresarios o del gobierno de turno. Vale aclarar también la dificultad para circular por la abundante cantidad de veredas rotas que hay la ciudad, y demás cuestiones. En pocas palabras, nos encontramos abandonados a nuestra suerte casi en todos los aspectos de la vida.
¿Por qué tenemos que padecer esto?
Para desgracia de todos, la respuesta no es positiva. Así como el Estado es responsable/cómplice de los despidos, los tarifazos, los trabajos precarizados, la no respuesta ante la violencia de género, de la discriminación hacia los gays, las lesbianas, etc., también es cómplice de la exclusión de las personas con discapacidad. Hasta el día de hoy, solo pudimos arrancarle unos pocos derechos y a paso de tortuga, como por ejemplo el de poder viajar gratuitamente, que en algunos casos las empresas de transporte no cumplen.
Espero que este testimonio, basado en mi experiencia diaria, sea útil y que más personas que sufran algún tipo de discapacidad se animen a denunciar la discriminación que recibe o recibió por parte del Estado, sus gobiernos y las patronales negreras. Sepan que en La Izquierda Diario tienen un lugar para hacer oír su voz. |