El 18 de julio de 1969, en medio de un mundo convulsionado, The Doors lanzaba “The Soft Parade”, su cuarto álbum de estudio. Aquí, el repaso por ese trabajo de una de las bandas más influyentes de la historia.

La banda estadounidense The Doors, nacida en 1965, y conformada por Morrison, Krieger, Densmore y Manzarek, grabó seis álbumes de estudio con la formación original. Allí mezcló blues rock, rock ácido, rock psicodélico, country, etc. Eso y más entraban en la gran licuadora polifónica y multirítmica que ponía en funcionamiento la banda, encontrando sin embargo un sonido y un estilo musical único. No es necesario ser un fanático para reconocer el sonido del teclado de "Light my fire" y empezar a tararearlo con la voz de Jim en la cabeza.

"The Soft Parade" estuvo compuesto casi en su totalidad por Morrison y Krieger, considerado por muchos el más "pop" de todos sus trabajos, no deja de tener obras maestras con el sello distintivo y experimental que los identificaba.

El disco comienza con "Tell all the people" con sus característicos vientos y una letra simple y pegadiza, seguido por el célebre "Touch me" lleno de explosiones, con unas teclas de Manzarek y un solo de saxo inolvidables.

Continúa el hipnótico "Shaman’s Blues", notablemente compuesto por Morrison con un estilo psicodélico y un final falso que es una joya para quienes lo perciben.

"Do it" con predominancia de las cuerdas y cortes interesantes, es sucedido por el frenético "Easy Ride", que muestra la capacidad de la banda de mezclar el country con el rock and roll. Se considera que la sexta canción del álbum, "Wild Child", anticipa el estilo que tendrá la banda en los siguientes discos. Allí, el riff de Krieger se fusiona con la voz de Jim haciendo referencia a los nativos de Estados Unidos, cuyas tradiciones expone (como en Shaman’s Blues), en varias de sus canciones, siendo conocido como uno de los pocos rockeros de la época en componer sobre ese tema.

El country vuelve en "Runnin’ Blues" contagiando alegría e inmediatamente pasamos a "Wishful Sinful", que busca un sonido más melódico, acompañado de un estupendo solo de Manzarek. El disco culmina con el largo y épico "The Soft Parade" (en mi humilde opinión una de los mejores composiciones de la banda), caracterizado por sus cambios de ritmo empalmados de manera brillante y una lírica que hace alusión a sus recientes problemas legales.

"Todas nuestra vida sudamos y ahorramos,
construyendo una tumba más onda.
Debe de haber algo más que debamos decir".

Sin duda, "The Doors", fue una de las grandes bandas que supieron fusionar la estructura de muchos de los géneros, con un estilo único y una mística que atrapó a varias generaciones de jóvenes de todo el mundo, y tal vez es por eso que seguimos escuchándola sin dejar de sorprendernos.