Con plateas y anfiteatro repletos la ex Pantera Negra, académica y activista del abolicionismo carcelario, como expresión de una continuidad inherente del capitalismo con un marcado sesgo racial, de género y de clase, deleitó a un público expectante de un Chile que después de 44 años la recibe en un nuevo contexto político y con nuevas conquistas por ganar: la descarnada lucha del Pueblo Mapuche por sus territorios y la persistente lucha de la juventud por una educación gratuita, de calidad y no sexista.
El abolicionismo para Ángela es la transversal de su estrategia a la que llama a los diversos movimientos sociales a sumarse, como en décadas pasadas la académica y militante revolucionaba el pensamiento de los activistas por los derechos civiles de la población negra y a las activistas por los derechos de las mujeres, diciendo que había que romper los paradigmas de que toda lucha feminista es blanca y de clase media y de que toda lucha contra el racismo es ineludiblemente masculina; hoy sacude con sus impactantes análisis de la cárcel no sólo como dispositivo de control y represión social, sino también como un sistema industrial carcelario que ha sido muchas veces un pilar en la economía y de acumulación de capital de varios países como EEUU.
Justamente este complejo ha experimentado un enorme crecimiento en cuanto a su población penitenciaria y Ángela, en el contexto de la gran pelea del movimiento Blacklivesmatter, expone la realidad actual de una verdadera institucionalidad racista encarnada en las cárceles y la brutalidad policial; pero no sólo eso, también menciona todas las intersectorialidades de etnia, género y clase que cruzan a los sistemas penitenciarios en diversas partes del globo. Como antaño, para Ángela es el feminismo el articulador por excelencia de todas las batallas en esta nueva concepción de una de democracia abolicionista, en la que su parada favorita era el imaginario y la libertad colectiva.
Estas palabras llegan al auditorio local en el marco en el que se discute reformar el sistema penal con miras a endurecer la mano contra la juventud rebelada y el ya golpeado Pueblo Mapuche, un adelanto también a futuras luchas obreras que hoy no han cobrado cárceles pero sí vidas, como la de Nelsón Quichillao hace un año en este mismo mes en la lucha de los contratistas del cobre. En estas circunstancias en el mensaje que trae Ángela a esta esquina del mundo no hay posibilidades de reformar el sistema penal, ni de humanizar las fuerzas represivas, si no que la única salida es abolirlas, una idea profundamente radical que en Chile pocos sectores compartimos.
Desde La Izquierda Diario presenciamos el hito de su charla en el teatro de la Universidad de Chile y esperamos seguir profundizando el legado de sus ideas y abriendo debates que permitan sacudir muchos paradigmas de la izquierda y los movimientos sociales y, sobre todo, fomentando las perspectivas feministas de las luchas actuales.
Aquí su discurso completo en Inglés:
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