Activistas de la comunidad LGBT de Israel denunciaron homofobia ante la marcha del orgullo que se hará mañana en Jerusalén, bajo grandes medidas de seguridad. La manifestación es rechazada todos los años por personalidades públicas y religiosas.
En ese sentido el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, declaró hoy que no acudirá a la marcha porque no quiere "ser parte del daño al público ultraortodoxo y religioso sionista".
"Pervertidos que han perdido la normalidad", son las palabras que utilizó la semana pasada el rabino Yigal Levinstein, que dirige una academia de reclutamiento militar en una colonia, para referirse a los homosexuales. Mientras, otro rabino, Yaakov Ariel, aseguró: "los gais y lesbianas son discapacitados y predadores que sufren un problema real que debe solucionarse con tratamientos psicológicos y farmacológicos". Este tipo de discursos son los que utilizan quienes en Israel continúan sometiendo a quienes no se ajustan a la heteronorma a las "terapias de reconversión".
En la del año pasado un ultraortodoxo apuñaló a seis asistentes a la marcha, matando a Shira Banki, una joven de 15 años.
Incluso la semana pasada la comunidad LGTB de la ciudad israelí de Beersheva (sur del país) tuvo que cancelarla después de que el Tribunal Supremo le prohibiese desfilar por el centro de la ciudad.
La manifestación lo que pretende es mostrar y salir a enfrentar la discriminación y violencia que perduran en el país. |