Esta mañana las Madres de la Masacre de la Comisaría Primera de Quilmes se movilizaron junto a distintas organizaciones desde la plaza de la estación de Quilmes hasta los tribunales penales a diez años de los hechos en los que murieron cuatro adolescentes.
Elías, Diego, Manuel y Miguel son los nombres de los jóvenes, menores de edad, que murieron a causa de las quemaduras y los golpes que sufrieron en los calabozos de la dependencia policial hace exactamente una década. El comisario y los policías imputados permanecen en libertad y recién irán a juicio el 10 de agosto del año próximo. El tribunal sorteado para el juzgamiento es el Oral 3 de Quilmes que tiene un “frondoso prontuario” garantizando la impunidad de los asesinos de uniforme: en el 2004 absolvió en primera instancia al ex oficial José Salmo, el policía que me disparó, y dos años más tarde hizo lo propio con la mayoría de los policías de la Comisaría Primera de Florencio Varela involucrados en el crimen de Andrea Viera.
En el caso de la Primera de Quilmes fueron necesarios diez años de lucha para llevar al banquillo a los policías acusados.
De la movilización participaron más de un centenar de personas con las Madres al frente, el CeProDH, el MEDH, la CTD Aníbal Verón, la Agrupación Marrón en la Comisión Directiva del SUTEBA Quilmes, el PO, la JPTS y el PTS.
Al cierre de la marcha se realizó un acto en el que las Madres escribieron los nombres de los asesinos de sus hijos en la calle. Posteriormente distintos oradores denunciaron la criminalización de la juventud, de la que la Masacre y la desaparición de Luciano Arruga son verdaderos paradigmas, y cómo el reciente encarcelamiento de José Salmo muestra que la lucha es el único camino para que haya justicia con los asesinos de uniforme.
Para finalizar las actividades del día, como todos los años, por la tarde se realizará un acto en la Plaza de la Estación de Quilmes.
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