Orgulloso, el gobernador Alfredo Cornejo se presentó junto al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el ex funcionario K Lino Barañao y mostraron la continuidad de beneficios a sectores privados que brinda el Estado. En el Carril Rodríguez Peña de Godoy Cruz presentaron la nueva planta de IMPSA. El emprendimiento, tiene un presupuesto global de U$S 15 millones, que incluye un subsidio de unos 18 millones de pesos del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación para desarrollar un equipamiento de última generación. Esta nueva planta es un intento de hacer pie en Argentina después del fracaso de la planta instalada en Brasil.
Durante la inauguración de la primera planta de aerogeneradores del país afirmó que “En Argentina deberíamos tener muchas IMPSA, hoy tenemos muy pocas, los mendocinos debemos estar muy orgullosos de tenerla en la provincia”, mientras twitteaba contra el reclamo de los trabajadores de Casino Cóndor en lucha por sus puestos de trabajo.
Cornejo disparó que “si queremos un país desarrollado, necesitamos de empresas como esta, creando conocimiento y dándoles valor a los productos en base al conocimiento. Podemos demostrar que en medio de la crisis, se puede avanzar y eso IMPSA lo está demostrando”. Y siguió “por mucho tiempo hemos concedido muchos derechos y cero obligaciones, ahora es tiempo de poner las cosas en su justo término. Nos cuesta decirles a los ciudadanos las cosas cuando están mal y exigir cómo deben hacerse, ahora eso lo vamos a cambiar”.
El apoyo del gobernador a Industrias Metalúrgicas Percarmona S. A. es toda una declaración de intenciones. Sus dichos y olvidos no son inocentes.
El empresario cortó la cinta inaugural endeudado en unos u$s 1400 millones. Mientras brindaba por las turbinas, el mendocino Enrique Pescarmona aceptó perder el control del 65% de IMPSA, para resolver las deudas de su holding y dar respuesta a los reclamos de sus acreedores. El ejemplo mendocino de progreso y desarrollo es el que por infinitas veces hemos visto por la TV extorsionando para negociar subsidios y poniendo a los trabajadores de rehenes. De la dictadura genocida a esta parte el grupo ha negociado con el Estado, con todos los gobiernos. El ciclo K no fue excepción. Ahora el macrismo, que se llenó la boca con supuestos cambios en los sistemas de subsidios, levanta como ejemplo a los campeones de vivir del Estado.
A través de Prat Gay se negoció con el BID fondos para cubrir a Pescarmona ante el reclamo de los acreedores (u$s 1.000 millones). La Provincia fue la intermediaria y el Gobierno Nacional a través del Banco Nación el garante. El propio BID reclama más de U$S 175 millones de un crédito impago desde 2015, casi 20% del pasivo que la forzó a declararse en default, incluso a través de la Justicia estadounidense.
El socio presentable
La firma, aunque tuvo sus momentos de más acercamiento y de cierto alejamiento de los gobierno K, fue parte del reparto a discreción de millones para la obra pública del ciclo kirchnerista. Ha tenido de rehenes a los trabajadores de la planta de Godoy Cruz y con la negociación de los REPRO terminó despidiendo 37 trabajadores.
Con el gobierno CAMBIEMOS y detrás de la crisis energética, la crisis de las tarifas y los negocios con el Estado, estuvo otra vez IMPSA (Industria Pescarmona Sociedad Anónima), cuyo titular acompañó a Davos a Mauricio Macri en aquel foro en el que cerraron negocios de todo tipo, incluyendo obras en Yaciretá, la Central Nuclear Embalse en Córdoba, etc . | 
