Pedro Aznar es, sin dudas, uno de los grandes músicos argentinos. Muy emparentado con el bajo, también toca la guitarra, el piano, canta y silba. Pero no improvisa. Sabe tocar muy bien cada uno de los instrumentos. Incluso tiene destreza para el silbido. Pero no sólo en lo “técnico” se queda su amplitud musical. Es un artista capaz de interpretar un tango, seguido de un rap, luego hacer un rock pesado, pasar a una balada y rematar con una chacarera. Y todo le queda bien.
Al estudiar la vida de Pedro uno entiende que para llegar a ser quién es hubo una combinación entre el componente “nato” del talento, sin el cual no se podría explicar la dulzura de su voz, por ejemplo, y el esfuerzo arduo y necesario que explican su capacidad para entender a la perfección cada instrumento que se dispone a usar.
Sus primeras participaciones en bandas fueron en “Madre atómica” (en 1974) y “Alas” (en 1977), dos bandas de Rock progresivo que duraron entre dos y tres años cada una.
Luego de esa primera experiencia, y con tan solo diecinueve años, se convirtió en el bajista de una de las bandas más importantes de la historia del rock nacional junto a Charly García, David Lebón y Oscar Moro: Serú Girán. Lamentablemente, la magia que se generaban en el escenario con la combinación los cuatro duró sólo tres años. Pero dejaron atrás obras inolvidables como “Bicicleta”, “La Grasa de las Capitales” y “Peperina”.
Cada uno siguió su camino. Pedro, por su parte, viajó a Estados Unidos para estudiar y perfeccionar su técnica en la escuela de música Berklee. Pero volvió al poco tiempo. No porque le hubiera ido mal, sino todo lo contrario. Llegó a la Argentina con su primer disco solista, “Pedro Aznar”, bajo el brazo, y lo presentó en Obras Sanitarias.
Este salto en su carrera hizo que conociera a Pat Metheny, un guitarrista que revolucionó al jazz en Estados Unidos, elaborando un sonido único que lo convirtió en un referente en todo el mundo.
Después de que Pedro le pasara unas grabaciones propias, el estadounidense lo convocó para salir de gira con su banda, “Pat Metheny Group” por norteamérica y Europa. El Argentino se encargó durante los shows de tocar la percusión. Evidente muestra, por un lado, de su versatilidad y, por otro, de que Metheny contaba con músicos particularmente talentosos, como para tener a Pedro Aznar en la formación y dejarle el bajo a otras manos.
Al volver a Argentina, grabó varios discos a duo con Charly García, entre los que se destaca “Tango 4”, en el cual la batería es electrónica y todos los instrumentos fueron grabados por ellos dos. Es el disco que tiene canciones como “Mientes” y el clásico “Tu amor”.
Esto fue el preámbulo de la esfímera vuelta de Serú Girán, en 1992. Pedro compuso tres temas para la ocasión: “Si me das tu amor”, “A cada hombre, a cada mujer” y “Déjame entrar”.
Después de ese retorno pasajero, Aznar se dedicó enteramente a su carrera solista. Compuso innumerable cantidad de canciones y música para películas. Pero además, es destacado el trabajo que hace cuando “toma prestados” temos ajenos. Es un gran reversionador.
Por mencionar algunos ejemplos: “A primera vista”, de Chico Cesar, “Alcira y la torre” de Lenine, “Angie” de los Rolling Stones y “Jealous guy” de John Lennon.
Incluso tiene discos enteros donde rinde homenaje a distintos autores. En “Aznar canta Brasil” reversiona a innumerables artistas brasileros. “Caja de música” está conformado por temas propios a partir de poemas de Jorge Luis Borges. Pero el más destacado de sus discos de “covers” es “Puentes Amarillos”, el que grabó en vivo luego de la muerte de Luis Alberto Spinetta, para recordar su música y dejar el mensaje de que “el Flaco” está presente en todos los que escuchamos su música.
Pero los discos compuestos por temas propios no se quedan atrás. “Quebrado”, por ejemplo, (que tiene un CD 1 de temas propios y un CD 2 de covers), marcó un antes y un después en su carrera solista. Tanto, que hizo un DVD llamado “Quebrado vivo”.
En este momento está presentando su nuevo disco “Contraluz”, que tiene tanta variedad de géneros como canciones. Casi una metáfora perfecta de la historia musical de Pedro Aznar. Esto lo hace ir de gira por todo el país y por algunos países latinoamericanos. Porque 57 años -¡y cuarenta de carrera!- no son nada. | 
