El martes 21 se conoció la noticia de la quiebra de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA) perteneciente a la familia Cirigliano. Dicha empresa, que está en convocatoria de acreedores desde 2005, operaba la línea Sarmiento en febrero de 2012, cuando al no frenar un tren fallecieron más de 50 pasajeros y hubo más de 700 heridos. Hoy se realiza un acto para conmemorar el hecho, como cada día 22 del mes.
La declaración de quiebra, dictada por la jueza María Paula Hualde, pone en duda la capacidad de la empresa de afrontar el pago de las indemnizaciones que deberían cobrar los heridos y las víctimas de las personas fallecidas, que ronda los $1.300 millones. Uno de los abogados querellantes declaró que deberá ser el Estado quien garantice el pago de las indemnizaciones a las víctimas, pero por ahora es una incógnita quién se hará cargo finalmente del pago.
Los hermanos Cirigliano son dueños de una inmensa fortuna, construida en base a operar ferrocarriles desde su privatización y a controlar más de 40 líneas de colectivos en Argentina. Por dichas gestiones recibieron millonarios subsidios, sobre todo durante los gobiernos kirchneristas. Además, tienen empresas en otros países y es reconocido que tienen un nivel de vida en el que abundan los lujos. Su empresa TBA ya se había declarado en quiebra dos veces con anterioridad, pero fue rescatada. Resta esperar la continuidad del juicio por el crimen social de Once, donde se evalúa su responsabilidad en el mal estado del material ferrioviario y la infraestructura, dada la falta de inversión que existía. |