La segunda jornada de la convención demócrata terminó con el llamado de Bernie Sanders a suspender el recuento de votos y nominar por aclamación a Hillary Clinton como candidata a presidenta.
La convención demócrata dejó atrás un primer día signado por el escándalo de la filtración de emails y la renuncia de la presidenta del partido Debbie Wasserman Schultz. En su discurso de cierre, Sanders recordó la campaña histórica que llevaron adelante sus partidarios, pero llamó a quienes habían apoyado su “revolución política” a votar por Clinton.
El segundo día de la convención estuvo marcado por la búsqueda de la unidad del partido. La jornada se destacó por los discursos de la madres de los adolescentes negros asesinados Trayvon Martin y Michael Brown y funcionaron todos los caucus del partido.
Por la tarde se realizó el tradicional “roll call vote”, un repaso de votos en el que cada estado anuncia a quién votarán sus delegados. Los dos candidatos plausibles de nominación eran Hillary Clinton y Bernie Sanders, ya que este último aunque anunció que apoyaría a la primera, no retiró su candidatura antes de Filadelfia.
El clima se calentó cuando se acercaba la hora de la votación. En rigor, nada iba a cambiar el resultado de las primarias pero después de varias negociaciones entre las dos campañas, se decidió llevar a cabo el recuento hasta el final. Cuando terminaron todos los estados, el propio Bernie Sanders llamó a suspender la votación y nominar por aclamación a Hillary Clinton.
Bernie Sanders llama a nominar a Clinton por aclamación
El “roll call” sirvió para encauzar el descontento y la decepción que representó para los seguidores de Bernie Sanders el llamado del senador a apoyar a quien había sido señalada durante todas las primarias como la “candidata del establishment”. Y de esta forma, se evitaron protestas y momentos de mayor tensión.
Varios seguidores de Bernie Sanders denunciaron haber sido silenciados en la convención
Uno a uno los estados fueron anunciando sus votos, y en muchos casos los partidarios de Bernie Sanders aprovecharon la oportunidad para destacar la campaña del senador y las ideas que defendió. Pero sobre todo representó la posibilidad de los delegados clintonistas de “agradecer” y reconocer el aporte de Bernie Sanders al partido, al permitir una campaña “electrizante” y con discusiones. Lo cierto es que la decisión de Sanders de presentarse en la primaria demócrata permitió canalizar el descontento con la elite política dentro del partido.
De esta forma, y después de una larga carrera, con más tropiezos de los que hubiera querido, Hillary Clinton finalmente consiguió su corona y es la candidata. La exsecretaria de Estado se convirtió el martes 26 en la primera mujer candidata de uno de los dos partidos mayoritarios en aspirar a la presidencia de Estados Unidos.
Bernie Sanders se retira de la convención con un considerable peso político dentro del partido demócrata, como se vio durante el “roll call vote”. A esto se suma el hecho de que con su candidatura, Sanders permitió la entrada de amplios sectores de activistas, que están muy lejos de los políticos de carrera del partido. Eso se vio en los caucus de varios estados y volvió a verse en la convención demócrata con las protestas y los abucheos de quienes llegaron a Filadelfia con expectativas de seguir peleando por Bernie, aunque él ya había renunciado.
La brecha con sus seguidores parece ser cada vez más grande, incluso cuando sectores de ellos voten por Clinton como “mal menor” ante el miedo que despierta la posibilidad de una victoria de Donald Trump. Otros ya anunciaron que votarán por Jill Stein, candidata por el Partido Verde, en rechazo a Trump y a Clinton. Lo que es cierto es que el fenómeno que motorizó la campaña de Sanders no terminará con la convención.
