Federico Luppi, a quien en los últimos años se lo vio muy comprometido con el proyecto político del kirchnerismo, vuelve a hacer teatro en la calle Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires. Protagoniza “Las últimas lunas” (del italiano Lucio Bordon), dirigida y también actuada por su compañera, la española Susana Hornos.
Por estos días Luppi, de 80 años, viene dando entrevistas para difundir el espectáculo, que se puede ver todos los viernes en el Centro Cultural de la Cooperación. Pero últimamente son pocas las oportunidades en las que habla de política. Al menos desde diciembre.
Este mediodía estuvo junto a Hornos en el estudio de Radio Del Plata y, en el final de una extensa charla sobre “Las últimas lunas”, el actor hizo una breve reflexión sobre la política nacional.
“Hoy en día casi todas las relaciones entre los partidos políticos y el ciudadano o entre las corporaciones y los consumidores están signadas por el síndrome de la mafia”, dijo Luppi. Y ejemplificó con un tema de actualidad. “Ahora se está hablando de usar los datos de la Anses para mejorar la comunicación con la gente, pero eso en definitiva son atajos y mentiras para poder dominar la vida cotidiana, sabiendo dónde vivís, dónde trabajás y demás”, sentenció.
Luego le preguntaron por el presidente Mauricio Macri. Y el actor, a modo de sinceramiento, dijo que aunque le gustaría él no puede “demonizar a Macri. Porque, fíjense qué curioso, después de tantísimos años, la derecha llega al gobierno a través de elecciones puramente limpias, quirúrgicamente perfectas y judicialmente nada reprobables. Y lo vota un porcentaje importante del país”.
Luppi dijo que a veces se pregunta, “sin ningún tipo de ironía falsa, ¿por qué se quejan? ¿Por qué nos quejamos? Si lo votamos todos”, en referencia al presidente y la coalición Cambiemos. Y agregó que “ahora hay que empezar a subirse a la bicicleta de nuevo, pedalear por el monte arriba y tratar de deshacer aquello que hicimos nosotros mismos”.
El actor culminó la entrevista como seguramente muchos kirchneristas no hubieran querido. “Macri es un político que llegó al poder en Argentina por obra y gracia de gente que él convenció”, dijo, dejando un silencio que se cortó cuando el conductor Carlos Polimeni hizo un chiste para cerrar la charla. | 
