En un comunicado oficial, el gobierno de Maduro comunicó a los países miembros del Mercosur que asumió la presidencia pro tempore del organismo regional según una carta que la cancillería venezolana envió a los demás países integrantes. Esto en el marco en que Paraguay y Brasil oponen férrea oposición y desconocen tal decisión, dejando en completa incertidumbre la situación del Mercosur.
La carta de la cancillería venezolana fue remitida el viernes a los demás estados miembros del Mercosur, luego de que Uruguay ese mismo día remitiera una nota diplomática anunciando que dejaba la presidencia del Mercosur, pero sin mencionar el traspaso a Venezuela, quedando la situación en el limbo.
La decisión automática del gobierno de Maduro de asumir la presidencia según se argumenta en la carta que asume la presidencia luego de que Uruguay anuncia que cesa en el cargo, debido a que los artículos 12 del tratado de Asunción (firmado en 1991) y el 5 del Protocolo de Ouro Preto, así se lo permiten (1994). Pero sin ningún acto o comunicación explícita de traspaso, queda en el aire el reconocimiento de los Estados miembros al anuncio de Caracas.
Basándose en tales prerrogativas, en la carta oficial de la cancillería del país se afirma categóricamente que: "Tenemos a bien informar que, a partir del día de hoy [29 de julio], la República Bolivariana de Venezuela asumirá con beneplácito el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, con fundamento en el artículo 12 del tratado de Asunción y en correspondencia con el artículo 5 del Protocolo Ouro Preto".
En ambos artículos se establece que la presidencia del Mercosur debe ser entregada y rotada cada seis meses entre los países miembros y por orden alfabético, es decir, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Frente a tal decisión el primero en salir al paso fue el gobierno de Paraguay señalando que no reconoce la decisión "unilateral" de Venezuela de asumir la presidencia del Mercosur, proponiendo que sea que sea Argentina ocupe la presidencia.
El canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, confirmó que Paraguay recibió la notificación enviada este viernes desde la Cancillería venezolana. "Es una decisión unilateral de Venezuela", destacó Loizaga, quien indicó que la presidencia temporal de Mercosur no puede ser trasladada de forma automática, en base al Protocolo de Ouro Preto.
En el artículo 37 del Protocolo de Ouro Preto se estipula que "las decisiones de los órganos del Mercosur (como el Consejo del Mercado Común) serán tomadas por consenso y con la presencia de todos los Estados partes". "Para nosotros no existe la mentada automaticidad que señala Venezuela por el Protocolo de Ouro Preto", dijo el canciller.
Pero si Paraguay es el abanderado en la oposición tajante, Brasil que los secunda busca argumentos más leguleyos. "Brasil no está exactamente oponiéndose a que se transfiera la presidencia a Venezuela", pero "está ponderando que, para ser parte integral" del bloque, "tiene que cumplir requisitos pactados hace cuatro años, que aún no ha cumplido", declaró Temer en una rueda de prensa.
La cuestión de fondo, apuntalar a la derecha de la MUD en la crisis interna
Como hemos venido escribiendo desde este diario, Paraguay como Brasil arguyen que en Venezuela “no se dan las condiciones democráticas y de derechos humanos necesarias como para que tenga la presidencia”. Pero la movida real de estos dos países, es ejercer presión sobre el gobierno de Maduro, y apuntalar a la oposición derechista local aglutinada en la Mesa de Unidad Democrática.
Pues si de cuestiones democráticas se hablara, es de saber que el gobierno de Paraguay viene en línea directa de los golpistas contra Fernando Lugo, y Michel Temer llegó al gobierno luego del golpe institucional a Dilma Russeff. A estos gobiernos poco les importa las cuestiones democráticas, y menos aún lo referente a los derechos humanos, les interesa ver cómo aíslan a Venezuela para facilitarle la llegada a la derecha al gobierno del país.
Esta es la cuestión de fondo que lleva a la incertidumbre la situación del Mercosur, y no otra. Como vemos el derechismo continental sigue activo en la política venezolana, en consonancia también como lo hace el imperialismo, tal como observamos en las declaraciones recientes del gobierno de Obama.
En el país, el pueblo vive una angustiosa situación económica, con un gobierno que deja correr la crisis y aplica fuertes ajustes, pero también con una derecha en la oposición que ya anunció que de llegar al gobierno aplicará fuertes medidas antipopulares.
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