El equipo se encontrará compuesto por 10 deportistas provenientes de diferentes naciones donde las personas se han visto obligadas a huir de sus hogares por motivos de guerras, conflictos nacionales o persecución.
Encontrándose en este grupo desde la nadadora Siria, Yusra Mardini, que hace menos de un año se vio obligada a cruzar el Mediterráneo, como tanto miles de sus compatriotas en una pequeña embarcación en mal estado, huyendo de la guerra en Siria, hasta el judoca Popole Misenga, que pasó ocho días escondido en un bosque para escapar a las luchas sangrientas del Congo.
En una reciente entrevista dada al medio la Jornada de México, Mardini que tiene 18 años de edad y competirá en los 100 metros mariposa y los 100 metros libres, decía:
"Es verdaderamente un honor para mí estar aquí", dijo Mardini este sábado en una rueda de prensa.
Hace menos de un año, Mardini nadaba para salvar su vida. Durante un peligroso viaje a la isla griega de Lesbos, se hundió el bote en el que viajaba.
Mardini y su hermana saltaron al agua, se agarraron a una cuerda y pasaron las tres horas y media siguientes en el agua junto al bote.
Mardini, que se ha establecido en Alemania junto a su familia como refugiada, afirma que representará orgullosamente a Siria, al movimiento olímpico y a su país de adopción cuando compita en Brasil.
A Mardini se le ha unido en el equipo de refugiados otro nadador sirio, Rami Anis. Anis quien huyó de Siria en el 2011 para evitar ser reclutado por el ejército, llegando a Bélgica desde Estambul en octubre del pasado año.
"Estoy muy orgulloso de estar aquí", dijo Rami a la prensa este sábado.
"Pero siento un poco de tristeza de no estar participando como sirio. Estamos representando a gente que ha perdido sus derechos humanos y se está enfrentando a injusticias".
El nadador de 25 años de los estilos mariposa y libre describió al equipo de refugiados como un grupo "que no desespera".
"Tenemos una voluntad de acero, aunque nos sentimos tristes, por supuesto, debido a las guerras en nuestros países", dijo Anis.
"Rami, realmente, realmente, realmente, quiere conocer a Phelps", afirmó la técnica del sirio, la ex nadadora olímpica Carine Verbauwen.
"Ya lo intentó. Con Siria, fue nadador internacional desde que tenía 14 años y compitió en dos Mundiales", indicó.
Anis participó en los Mundiales de 2009 y 2011 con Siria, "una vez, preguntó a Phelps si podía hacerse un selfi con él y le dijo que no. Estaba devastado", dijo Verbauwen.
"Lo entendió, por supuesto. Phelps recibe muchas demandas y está muy ocupado, pero espero que ahora sepa que Rami es un refugiado", dijo.
Para el judoca congoleño Misenga, las consecuencias del devastador conflicto en su familia han ido muy lejos.
El deportista de 24 años rompió a llorar cuando fue preguntado sobre el mensaje que enviaría a través de su participación olímpica.
Misenga tenía solo nueve años cuando huyó de la guerra en Kisangani, en la República Democrática del Congo. Separado de su familia, se escondió en la jungla durante ocho días antes de ser rescatado y llevado a un centro para desplazados en Kinshasa
Después se asentó en Brasil, quedándose en el país tras el Mundial de 2013.
"Tengo dos hermanos a los que no he visto en años. No recuerdo sus caras", dijo Misenga entre lágrimas este sábado.
"Quiero enviarles abrazos y besos. Estoy aquí en Brasil participando y espero poderlos traer un día a vivir conmigo en este país", señaló.
Otra refugiada de la guerra del Congo, Yolande Mabika, siguió los pasos de Misenga, asentándose en Brasil.
"Esto no es solo una lucha por el deporte, sino una lucha por la vida. Cada uno de nosotros tiene sus propias historias que contar", explicó.
El equipo de refugiados se encontrará compuesto por dos nadadores sirios, dos judocas de la República Democrática del Congo, un maratonista de Etiopía y 5 corredores de media distancia de Sudán del Sur, los cuales competirán bajo la bandera olímpica.
El hecho de que el Comité Olímpico haya promovido un equipo de estas características, sólo es entendible en el marco de la profunda crisis humanitaria en la cual se encuentran millones de refugiados a nivel mundial, producto de las guerras, conflictos étnicos y religiosos promovidos en la mayoría de los casos por intereses comerciales de las principales potencias imperialistas.
Con este gesto, muchas de estas naciones, intentan aprovechar el evento deportivo como forma de dar una señal de tipo humanitario, la cual vale la pena decirlo, contrasta bastante con las políticas xenófobas y de expulsión hacia los refugiados que llevan adelante muchos de los gobiernos imperialistas todos los días. |