Yo también crecí y me críe en el kirchnerismo, empecé la primaria y terminé la secundaria en el kirchnerismo como la mayoría de los que estaban en ese acto, a los que les decía que "nadie tiene que contarles nada" haciendo referencia a los "derechos conquistados para la juventud" durante la última década. Pero mientras la escuchaba, pensaba en los “olvidos” de Cristina en su discurso.
Cristina planteó que "nadie puede decir que no tienen derecho a llegar a la universidad, a terminar sus estudios, a tener una computadora porque la tuvieron”.
Antes que nada, vale resaltar la omisión de la ex presidenta de los miles de pibes que tuvieron que dejar sus estudios para salir a laburar y ayudar en su casa. Yo sí estudié la primaria y la secundaria, y mientras cursaba viví junto a mis docentes el vaciamiento de la educación pública. Me acuerdo del momento. Del contexto. Y del instante. También me acuerdo que sí recibí la netbook, pero a la vez caían dos gotas de agua y mi barrio se inundaba. Y que también cobré el Plan Progresar, pero mientras tanto a otros les ofrecían cobrar por robar para la policía, y si se negaban y los torturaban, mataban y desaparecían.
También tuve la suerte de terminar el secundario, pero mientras empezaba a cursar los primeros años, me acuerdo como asesinaban a Mariano Ferreyra por luchar junto a los trabajadores. Y no me digan que la bala que mató a Mariano rozó el corazón de Néstor, porque también vi a la misma Cristina junto a Pedraza y escuché a Tomada preocupado, junto a Pedraza, por los “zurdos” en el sindicato. Esto fue uno de los "olvidos" de Cristina de los que yo no me olvido.
En otro momento, Cristina manifestó su deseo de que “cada argentino pueda elegir su vida, como yo tuve la suerte de poder elegir la mía”. La verdad que me pareció por lo menos difícil de pensar, porque por ejemplo, hoy tengo la suerte salir a buscar laburo, de "elegir" al decir de la ex presidenta, pero si logro conseguir uno, es mal pago, en negro y precario, y eso la verdad es que no lo elijo, ni yo ni los miles de jóvenes que trabajan precarizados. Y eso no vino con Macri, es una herencia que nos dejó el kirchnerismo y que el macrismo continúa sin titubear. Y cuando Cristina hablaba de vivir con derechos y la aplaudían, con piel de gallina quizás, y también, quizás genuinamente, pensaba que la injusticia, la pobreza y los estómagos vacíos siguen estando, y pensaba también, que a la “democracia ganada” no le debemos nada. Pensaba que ellos nos deben a nosotros, nuestros derechos.
Algo sobre lo que mucho hincapié no hizo en esta oportunidad, pero que fue bandera del kirchnerismo durante años fue la defensa de los derechos humanos, quizás el hecho de que haya hablado tanto de los "derechos conquistados" me impidió que me olvide de esto. Y entonces recordé, como siempre, que durante los últimos 12 años nos desaparecieron en democracia, como a Julio López. Nos mataron pibes por negarse a robar para la policía, como a Luciano. Nos reprimieron por pelear junto a los trabajadores, como en Lear y tantos otros momentos. Nos desaparecieron, como a las cientas de niñas y mujeres que engrosan los números de las redes de trata. Nos dejaron morir en una clínica trucha por un aborto clandestino, como a las más de 300 al año que mueren por esta causa. Muertes evitables de las que el Estado es el principal responsable, y que tanto Cristina como el macrismo cajonearon una y otra vez la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Cuando vivís rodeada de pibes y pobres, que se mueren por ser pibes pobres, que los matan por ser pibes pobres, te da mucha bronca que hablen de derechos y que no les tiemble el pulso. Qué le mientan a una generación en la cara. Pero entre la bronca, me convencía más aún de que sí hay salida a las alternativas que los de arriba tienen para los jóvenes. Porque no quiero más la miseria que nos ofrecen y porque hay una juventud que tiene la ambición de cambiarlo todo, y con ese horizonte es que queremos ser cada vez más para dar esa batalla. Y a todos aquellos que quieran emprender este camino, los vamos a recibir. De igual manera aclarando que nuestra lucha siempre estuvo, que siempre y verdaderamente resistimos ante la desidia. Los que no nos callamos, los que no nos conformamos, a pesar de las mentiras. Nos encontramos en las calles, porque al grito hay que ponerle el cuerpo. Los vamos a recibir. Con los ideales intactos y la sororidad en la piel, porque nuestros derechos no se negocian, sino que se pelean. Y que la vamos a dar hasta el final, porque no le debemos nada a este sistema y sus verdugos. |
