En La Matanza hay casi dos millones de habitantes y el ajuste acrecienta las desigualdades donde gobierna el kirchnerismo, es un municipio donde el 22 por ciento de los hogares presenta déficit crítico habitacional, esto es viviendas muy precarias que no están aptas para ser habitadas por deficiencias sanitarias severas o hacinamiento.
Las barriadas de la matanza son dormitorios de miles de trabajadores que hoy son el número que agranda los datos rojos del frio Excel de los ministros de Macri que aseguran tener “un plan”. Desde La Izquierda Diario conversamos con algunas de esas expresiones que son nuestros vecinos, amigos, compañeros. De carne y hueso.
Una empleada doméstica de Gonzalez Catan, cuenta: tengo menos días de trabajo, estoy bajo tratamiento médico y los remedios están muy caros. “¡Tiene que haber un paro ya!” agregó.
En la juventud golpea aún más la precarizada realidad, reduciendo los viajes y las salidas, corriendo el riesgo de abandonar los estudios; además hay muchas familias que se quedaron sin ingresos por los despidos, que sólo le queda la asignación universal, que no le alcanza para nada.
Los jubilados son de los más afectados por el tarifazo, ya que el 80 por ciento cobra $5000 cuando la canasta básica ronda los 18 mil. Una vergüenza, que los pone en alerta y en pie de guerra. Muchos vecinos jubilados también opinan que las centrales sindicales tienen que llamar a un paro y cacerolazos en todo el país.
La bronca brota en cada esquina y el malestar se agranda entre los trabajadores y el pueblo que reclama que los sindicatos dejen de mirar para otro lado y lancen la huelga general para frenar los despidos y el tarifazo, que ya provoca muertes por desidia (hipotermia frente al frío e intoxicación por monóxido de carbono), además de la enorme carestía de vida.
“En Inglaterra aumentó el metro, la gente salió a la calle y dieron marcha atrás con el aumento, en Francia, para frenar la reforma laboral salieron todos a las calles y siguen luchando, acá no sé que están esperando” reclamaba un enfermero del municipio.
El principal reclamo es congelar las tarifas. También, este gobierno tiene que informar el destino de los subsidios que se otorgó bajo el kirchnerismo a las empresas privatizadas de luz, gas y agua, y que hoy siguen siendo enormemente beneficiadas. Estos subsidios se otorgaban con la excusa de invertir en tecnología que permitiese obtener la independencia energética y tener un servicio de buena calidad. Obviamente esto no ocurrió y se les otorga un gran aumento que lejos de mejorar el servicio, agranda las cuentas bancarias de estas empresas: esa plata tiene que volver y se tienen que realizar las inversiones necesarias para bajar el costo del servicio.
Una trabajadora de la salud nos decía que la afectó en todos los aspectos los aumentos en los servicios, el transporte y los alimentos, “de repente hubo que recortar salidas o postergarlas, antes se podía salir a comer una vez por semana, ahora es cuando se puede”.
“La movilización obrera es la única manera de imponer nuestros reclamos, es por eso que organizaciones de izquierda junto a sectores del sindicalismo combativo acordaron convocar para este 9 de agosto a una marcha desde el Obelisco hacia Plaza de Mayo, por la anulación del tarifazo y la investigación del destino de los subsidios; contra los despidos y suspensiones; contra la inflación y por un salario acorde a la canasta familiar con indexación automática; por la abolición del impuesto al salario y por un aumento de emergencia de $ 6.000 y el 82% móvil para los jubilados. A su vez, harán eje también en exigir a las centrales sindicales que cesen la tregua con el gobierno, convocando a un paro general activo discutido en plenarios y asambleas de todo el movimiento obrero”. |