Luego de tres años sin convocar a reuniones, la Franja Morada decidió finalmente reunir a la Federación Universitaria de Tucumán (FUT) para “regularizar” la elección de autoridades. La convocatoria original había sido para el jueves 7 de julio pero las agrupaciones peronistas propusieron posponerlo unas semanas. Finalmente, el congreso fue convocado para el sábado 30, a las 8 en la Facultad de Psicología, en un momento de mesas de exámenes y sin clases. Con comisiones de cotillón, fue “electo” como presidente José Garzón, proveniente de la Franja Morada de Psicología (los morados también se quedaron con la vicepresidencia y cuatro secretarías).
El congreso pasó inadvertido para los estudiantes, pero no es casualidad. La Franja Morada tiene la dirección de la FUT desde hace años, y al igual que con los centros que conduce, se ha encargado de vaciarla de contenido y convertirla en una chapa. Quienes pretenden “normalizarla” son los mismos que han reducido a la FUT a una mera fuente de cartones a la hora de la rosca en la Federación Universitaria Argentina.
Una de las "comisiones de debate" del congreso
De la mano de la Franja, la FUT solo apareció en estos años para atacar a los estudiantes que tomaron Facultades y se organizaron en asamblea, o para atacar los paros docentes. Acostumbrados a vivir bajo el ala protectora de un Rector, surgen políticos como Luis Sacca, quien de dirigente estudiantil pasó a ser funcionario universitario y luego diputado nacional del radicalismo. En el medio se “perdieron” $343 millones, por lo que está procesado junto a su correligionario Alberto Cerisola por malversación de fondos.
Una práctica lamentable del Partido Obrero
Los métodos de rosca son característicos de las agrupaciones ligadas a las gestiones, ya sean radicales o peronista. Lo preocupante es la creciente adaptación de corrientes de izquierda a estos métodos ajenos al movimiento estudiantil. A la hora de las acreditaciones, el Partido Obrero usurpó el delegado que le correspondía a Filo a la Izquierda (Juventud del PTS más independientes), delegado obtenido tras impulsar una lista referenciada en el FIT en las últimas elecciones a centro. Para esta maniobra, tuvo el apoyo de la Franja Morada, el Movimiento Humanista y Nueva Línea (peronismo).
Estás prácticas son características en la FUBA, donde para “pelearle” a la Franja Morada se recurre a los métodos de la rosca y las maniobras. La contracara de esta política es impulsar acuerdos, en base a cuatro o cinco puntos esencialmente correctos, con corrientes enemigas de la autoorganización estudiantil y muchas veces sin independencia política del régimen político o universitario. En el caso de la FUBA, se pretendía un “acuerdo técnico” para integrar una lista junto a La Cámpora.
El gran conflicto docente de este año y las luchas que viene dando el movimiento estudiantil demuestran que la educación pública es uno de los sectores que se propone estar a la cabeza de enfrentar el ajuste del gobierno de Macri y los gobernadores kirchneristas. Las agrupaciones de izquierda tienen que romper con la adaptación a las prácticas de la Franja Morada y el PJ y estar a la cabeza de dar la pelea por romper con el rutinarismo con el que dirigen radicales y peronistas los centros y federaciones, para organizar y poner en pie un gran movimiento estudiantil. | 
