Cuatro mujeres saudíes competirán en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Este hecho se produce luego de que el Comité Olímpico internacional amenazara a la nación Saudí de sancionarla de no cumplir la Carta Olímpica, la cual especifica que cada delegación al menos debe contar con la presencia de una mujer.
Ante esta posibilidad, en los Juegos Olímpicos de Londres compitieron por primera vez en la historia dos mujeres saudíes: Sarah Attar, quien corrió los 800 metros, y la judoca Wojdan Shaherkani.
En ese entonces las autoridades saudíes establecieron tres condiciones para aprobar la participación de las deportistas: que usen vestimenta acorde a la religión, que su esposo apruebe su presencia y que no entren en contacto con hombres. Cuestiones todas que el Comité Olímpico se comprometió a respetar: "Vamos a seguir actuando en concordancia con las leyes gubernamentales y religiosas. Bajo ninguna circunstancia las incumpliremos (...) las deportistas saudíes participarán en completo cumplimiento de las normas religiosas", según fuera informado por la Agencia Alemana de Prensa (DPA).
Las normas religiosas en Arabia Saudí (una monarquía regida bajo la ley islámica), no permiten a las mujeres practicar deportes, y por tanto participar en eventos clasificatorios, por lo que la única manera de que puedan competir en los Juegos Olímpicos es través de una invitación del COI, la cual fue girada al Comité Olímpico Saudí.
El equipo femenino de deportistas saudíes se encontrará compuesto por la atleta Sarah Attar, quien volverá a la máxima cita del deporte tras su histórica participación en Londres 2012, la esgrimista Lubna al-Amir, la judoca Jud Fahmi (en categoría hasta 52 kilogramos) y la velocista Kariman Abul-Jadayil, que correrá en los 100 metros. | 
