Damián Giammarino
| Grupo de investigación sobre conflictos urbanos, territoriales y migratorios (FAHCE – UNLP)
Hoy 5 de agosto se cumplen 49 años del lanzamiento de The Piper at Gates of Dawn, uno de los discos más influyentes en la historia del rock psicodélico.
En 1965 se forma una de esas bandas que fueron sin duda de las mejores cinco bandas de la historia del Rock. Pink Floyd, entre las idas y venidas de distintos integrantes, se crea con Syd Barrett, Nick Mason, Richard Wright y Roger Waters. El nombre fue propuesto por Barrett, siendo la combinación de dos músicos de blues: Pink Anderson y Floyd Council. En un principio, la banda se llamó The Pink Floyd Sound, pero luego eliminaron la primera y última palabra y quedó el nombre con el cual todos conocemos. Dos años después de esta “primera fundación”, sale también de la mente de Barrett un álbum que en ese momento los críticos no atendieron pero que solo se fue popularizando y gustando: “The Piper at Gates of Dawn”. Barrett, escribió 10 de los 11 temas que tiene el cd original; Waters el tema restante.
Este álbum vino a revolucionar el sonido que se venían escuchando en la época, tanto por la mezcla de géneros musicales, como también por la implementación de acordes y escalas pocos comunes para la música popular de esos años. Tiempo después, muchos críticos dijeron que sobrepasó incluso a Sgt. Pepper con el grado de psicodelia que presentaba.
De este disco se puede reconocer temas como Matilda Mother, Astronomy domine (David Gilmour lo sigue tocando en la actualidad) o como Interestellar Overdrive (un tema instrumental que dura alrededor de 10 minutos). De este tema fue la base para que en el futuro Floyd haga temas como Atom Heart Mother y Echoes en discos posteriores. Syd en una nota, contaba que el disco estaba inspirado en el libro “El Viento en los Sauces” una novela escrita por Kenneth Grahame publicada en 1908, un clásico de la literatura infantil inglesa; el nombre del séptimo capítulo del libro lleva el mismo nombre que el álbum.
Con respecto al disco hay una vieja leyenda urbana que ha estado presente en diversos medios de comunicación dedicados al rock donde se cuenta que, en 1967 en los estudios Abbey Road, hubo un encuentro entre Pink Floyd y The Beatles mientras Floyd armaba los temas de “The Piper At The Gates Of Dawn” y The Beatles hacían lo suyo con “Sgt Pepper’s Lonely Heart Club Band”, esta leyenda surge porque los Beatles sacaron su CD unos días antes que el de Pink Floyd.
Barrett, el gran genio de este álbum, sólo participó completamente en ese momento de la banda (aunque se podría decir que estuvo presente en toda la música Pink Floyd). Luego volvió a participar por última vez, para lo que siempre pareció una despedida de la banda producto de su depresión por el consumo de LSD, que se puede ver con la letra de Jugband Blues, donde dice ”No me importa si el sol no brilla y no me importa si no tengo nada mío”. Luego de una corta carrera solista, se retiró quedándose encerrado en la casa de sus padres sin volver hacerse público. Barrett presentaba, según algunos, síntomas de autismo y según otros brotes de esquizofrenia, pero todos coinciden que con el gran consumo de LSD su situación empeoró. Cuentan sus compañeros de Pink Floyd que lo vieron por última vez cuando él se presentó con las cejas y la cabeza rapada en el estudio mientras grababan el CD “Wish You Were Here”, donde le dedicaban un tema a él.
El 7 de Julio pasado, se cumplieron también 10 años de la muerte de Barrett producto de un cáncer. Hoy, se cumple un nuevo aniversario de su mejor producción, “The Piper at Gates of Dawn”, y con esto lo recordamos...