A contracorriente de la mayoría de los grupos que aparecieron en los últimos años, esta nueva banda neoyorkina destaca por su fuerte contenido político y de izquierda.

Edgey Pires, guitarrista de la banda, señaló entre risas al portal chileno Rock en vivo, “Nuestro sonido es sencillo, amplificadores rotos, guitarras que hacen ruido, cables enredados, sesiones de jam que salen mal… todo eso con la potencia de fuego del acorazado Potemkin”. Pero si hay algo que destaca es la extrovertida voz de la bajista Delila Paz, que recuerda a Joan Báez o Grace Slick (Jefferson Airplane). Justamente, sus composiciones remiten a la música de los sesenta y setenta; décadas de donde toman su parte más folk o blusera que complementan su esencia rockera. No es casualidad que hayan sido teloneros de leyendas como Robert Plant o The Who, o que el baterista Brad Wilk (Rage Against the Machine, The Smashing Pumpkins) haya grabado con ellos su álbum debut.

Sensibilidad por nuestras tierras

En su paso por Latinoamérica, Delila en diálogo con distintos medios no dudó en mostrar su fanatismo desde muy pequeña por el músico chileno Víctor Jara. “Es uno de mis compositores favoritos, he leído todo sobre él. Sólo con escuchar sus acordes te emocionás”, declaró la vocalista, que no se privó de disfrutar cantando junto al público El derecho de vivir en paz y Manifiesto. En sintonía con la realidad en la que se vieron inmersos al pisar suelo sudamericano, Edgey comentó sus sensaciones: “Cuando estuve en el colegio, me dediqué a estudiar las situaciones políticas en Latinoamérica. Estaba muy interesado por lo que ocurrió en el período de la llamada Guerra Fría, cuando Estados Unidos intervino prácticamente en cada uno de los países latinoamericanos, derrocando a gobiernos democráticos y poniendo a dictadores de su gusto, asesinando gente. En su caso, fue su 9/11, nosotros tenemos ya uno ¿sabés? Este tipo de cosas nos molestan como ciudadanos norteamericanos, y como banda sentimos que es nuestra obligación dar a conocer esto, sobre todo en nuestro país. Y cuando visitamos lugares, como en esta oportunidad, somos humildes más que cualquier otra cosa. Queremos saber y aprender de todas las experiencias vividas por estos lados”.

El fénomeno Sanders

Los artistas tampoco se privaron de hablar de la política de su país. Esto queda claro en temas como The Life, Liberty and the Pursuit of Indian Blood, donde denuncian el genocidio a los pueblos originarios en todo el continente (además de sus reiterados pronunciamientos por la liberación del activista nativo Leonard Peltier, preso injustamente hace más de cuarenta años) o en Workers of the World Unite, cuando muestran la realidad de millones de trabajadores rurales que son explotados por sus patrones y la persecución política a los mismos.

Ante las próximas elecciones, destacan lo que fue la campaña de Bernie Sanders, el heptagenario que supo expresar el descontento de millones de jóvenes norteamericanos contra los candidatos y las políticas del stablishment. ”De todos los principales candidatos, es el único que no es un criminal sociópata y ha sido siempre consistente en su lucha por la justicia social. La gente no puede pagar sus cuentas o tener un salario digno cuando toda la riqueza está concentrada en el 1% de la población, Sanders manifiesta un poco esa bronca”, dijo Delila, aunque no se conforma solo con eso, “¿Qué va a pasar ahora que terminó la campaña? ¿Qué va a pasar con toda la gente y las celebridades motivadas por los ideales de Bernie? Sin organización, el entusiasmo se disipa. Necesitamos ir más allá de las redes sociales y empezar a organizarnos como hicieron el Comité Coordinador Estudiantil No Violento (SNCC) o las Panteras Negras en los ‘60”, confiesa al sitioindiehoy.com