La expresidente estuvo en los estudios del canal Urbana TV de Retiro. Luego habló en la calle para cientos de militantes. Otro discurso con curiosidades y algunas ironías.
Cristina Fernández estuvo esta tarde en Retiro, más precisamente en la Villa 31. Allí fue invitada por el canal de aire Urbana TV, que inauguró un nuevo estudio bautizado Néstor Kirchner.
Pasadas las 14:30, Cristina fue entrevistada en vivo, durante media hora, por el director de la emisora, el referente kirchnerista porteño Milcíades Peña. Luego salió a la calle donde la esperaban un par de cientos de militantes de La Cámpora, Kolina, Miles, la Tupac Amaru y Nuevo Encuentro, además de un grupo pequeño de gente del barrio, un escenario y un par de pantallas LED gigantes.
“Casi parece un recital de rock esto, más que un acto político”, bromeó Cristina bailando levemente y con Los Redondos de fondo. Luego prosiguió apelando a una particular ironía. “La verdad es que me siento muy segura, muy tranquila, estoy rodeada acá, en la Villa 31, en ningún lugar más seguro hoy día en la Argentina, por lo menos para mí”, afirmó.
Tras saludar a las y los presentes y explicar el por qué de su visita, la expresidente dijo sentir “mucho orgullo y paz interior” por considerar que su gobierno le entregó a “todas las radios de carácter comunitario y no lucrativo” los recursos necesarios para tecnificarse”. Algo que bien podría considerarse parte del “relato” kirchnerista, visto que el Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (Fomeca) impulsado por la Afsca de Martín Sabbatella financió de forma archidiscrecional a medios afines, dejando un tendal de radios y canales comunitarios en la “lista de espera”.
La Tupac Amaru llevó a Retiro la exigencia de libertad a Milagro Sala
“Quiero hablar de todas las cosas que todavía faltan hacer en la Villa 31. Tienen que seguir todos juntos adelante con la urbanización, que nadie se la regaló, se la ganó la villa con la organización, con lucha y perseverancia. Este es el camino para las grandes conquistas y las luchas populares”, dijo Fernández y agregó mirando a la concurrencia que “cada uno debe ser capaz de defender las cosas que han logrado, nadie va a hacerlo por ustedes”.
“Si de algo estoy orgullosa es de haberlos empoderado”, manifestó Cristina. Y enseguida agregó, mirando a todos los costados de la Villa 31, que “es una obligación del Estado promover la felicidad y el bienestar de la población”.
Cristina pidió a las y los habitantes de la Villa 31 “que nadie los convenza de que lo que tenían, si tenían un buen trabajo, era mucho; que el salario que tenían era mucho; que era mucho que todos los años cerraran paritarias libres por encima de la inflación; que era mucho que se pudieran ir de vacaciones a fin de año o, tal vez, alguno darse un lujito de conocer algún país de afuera que siempre tuvieron ganas de conocer y que nunca habían podido viajar”.
Resta saber si en ese pasaje de su discurso la expresidente también apeló a la ironía, teniendo en cuenta que gran parte de quienes viven allí trabajan de forma precaria o directamente en negro, que no reciben los “beneficios” de una paritaria y que mucho menos pueden pensar siquiera en darse alguna vez el “lujito” de vacacionar en el exterior.
Sobre el final del discurso Cristina sentenció que “la verdadera democracia es la que permite el acceso a los bienes sociales, económicos y culturales de todo el pueblo, de toda la sociedad. No hay democracia si la sociedad en su conjunto no puede acceder al trabajo, al alimento, al estudio, a la distracción también”. Todo esto en boca de, nada menos, quien encabezó dos gobiernos que sucedieron a uno de su esposo, completando doce años y medio al frente del Estado. Un tiempo considerable en el que lejos estuvieron de terminarse el hambre, la desocupación y la precariedad laboral, la pobreza o la deserción escolar (la generación “ni-ni” es un ícono de las últimas décadas).
Por último la exmandataria manifestó que no quiere “únicamente un pueblo que resista. Quiero un pueblo que resista para avanzar”, sentenció. “No se resiste como un ejercicio diletante de militantes de asamblea universitaria. Eso dejémoselo a quienes tiempo y el estómago lleno. Cuando el pueblo resiste es porque quiere avanzar, porque no se quiere detener”, concluyó.
Junto a Cristina Fernández estuvieron referentes kirchneristas como Martín Sabatella, Axel Kicillof, Héctor y Mariano Recalde, Carlos Tomada y Andrea Conde, entre otros. El discurso lo realizó en la esquina de las calles 5 y 8 de la Villa 31 y entre las banderas presentes estuvieron La Cámpora, Nuevo Encuentro, Miles, Kolina y Tuapc Amaru.
A modo de contraste con el relato kirchnerista, reflotado ayer por la propia expresidente, en la edición de mañana de La Izquierda Diario habitantes de la Villa 31 relatarán cómo se vivió, entre otras cosas, la “década ganada” en ese barrio popular de Retiro.
El programa y el discurso completo de Cristina Fernández en la Villa 31