Hace menos de dos meses se anunciaba la firma de un nuevo convenio entre el rector de la UBA, Alberto Barbieri, y el domingo pasado La Nación celebraba los nuevos aspirantes a espías de la Escuela Nacional de Inteligencia provenientes de las universidades más prestigiosas del país.
El rector la de UBA Alberto Barbieri firmó el convenio de colaboración con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), dirigida por Gustavo Arribas, con el objetivo de promover las investigaciones, realizar estudios conjuntamente y "facilitar información" entre la universidad y la Escuela Nacional de Inteligencia. A su vez señaló que “nos entusiasma la posibilidad de una nación trabajando conjuntamente en este tarea que requiere de lo más profesional y de los más interdisciplinario”.
Agregó además que “la extensión universitaria implica poder compartir y alimentar el conocimiento que se genera en la facultad con algunos de los sectores del tejido social”.
Por su parte, Arribas destacó que “para nosotros es muy importante vincularnos y convocar a los más inteligentes, para luchar contra delitos federales complejos como narcotráfico, terrorismo, trata de personas, tráfico de armas, delitos económicos y los relacionados a ciberseguridad, haciendo un país más seguro para los argentinos. Empezamos por la UBA y pretendemos seguir con el resto de las universidades. Estamos tratando de devolver el prestigio a la escuela”.
Este convenio se suma a los ya realizados por la ex- SIDE con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Universidad de Quilmes (UNQui), del Comahue (UNCo), y de San Martín (UnSaM) en el 2015.
La noticia en la portada de La Nación del domingo 31/08 dió cuenta de 40 egresados de las universidades de Buenos Aires (UBA), Di Tella, Católica Argentina (UCA), San Andrés, Austral y Tecnológica Argentina (UTN) se enrolan como los primeros estudiantes de espías bajo la administración de Macri.
Dicha nota afirmaba “El objetivo que declara la conducción de Arribas y Majdalani es el de "profesionalizar" y "revalorizar" a los 1760 agentes que conforman la agencia, pero al mismo tiempo necesitan sumar nuevos recursos”. No podemos pensar esta nueva política de reclutamiento de espías por fuera de la crisis que significa para el gobierno actual así como para el anterior el problema de manejar la ex SIDE para su conveniencia.
Los nombramientos de Arribas y Majdalani incluso no tiene el apoyo unánime de la propia coalición Cambiemos que los propuso al frente de dicho organismo. Es de preocupación para el gobierno nacional no poder rearmar apropiadamente la tropa de espías en un momento donde se propone avanzar sobre las condiciones de vida de trabajadores, sectores populares, y libertades democráticas.Ya conocemos la historia de Macri con el Fino Palacios y sus escuchas ilegales, así como la Gendarmería que utilizó el Proyecto X para espiar a las organizaciones sociales y combativas.
Este operativo de convenios entre universidades para presentar mejores “profesionales” en las filas de la AFI no solamente es una lavada de cara a uno de los organismos más mafiosos del país, sino que también constituye una entrega de la educación pública para ponerla al servicio de perseguir a los sectores populares. No empezó con la gestión macrista. El mismo día que La Nación anunciaba los flamantes estudiantes, Clarín destapaba la política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner para utilizar la Universidad de San Martín como reclutamiento para la AFI.
La creciente vinculación e injerencia de los servicios de inteligencia asimismo había suscitado la escandalosa designación de Darío Richarte como vicerrector de la UBA, cargo al cual renunció en marzo del 2015 luego de las denuncias públicas realizadas por las organizaciones estudiantiles de dicha universidad, y los más reconocidos organismos y figuras de derechos humanos.
Sin embargo la renuncia de este cargo no cambió el rumbo del rectorado, el cual decide permitir que servicios de inteligencia tengan acceso a planes de estudio de la universidad pública y orienten las investigaciones y recursos educativos en la formación de la red de espionaje de Stiuso.
Sólo con el enorme repudio de la comunidad educativa -estudiantes, docentes y no docentes- contra las autoridades de las universidades nacionales que quieren poner la educación pública para formar más y mejores “Stiuso” o “Richarte” van a terminar los convenios con la AFI y la Escuela Nacional de Inteligencia. | 
