Foto: sitio de Olé
Contra Dinamarca habíamos dicho “derrota digna”. Y ante Croacia, Los Gladiadores jugaron un partidazo. Los Simonet, Pizarro, Fernández; todo el equipo jugó un gran partido, tanto en defensa como en ataque. Croacia nunca dio en la tecla en cómo jugarle, porque la garra puesta de manifiesto por los argentinos suplió muchas veces las desventajas técnicas ante un equipo europeo de primer nivel mundial.
Pero si con Dinamarca se jugó bien, sobre todo en el primer tiempo; lo hecho con Croacia no daba como para ponerlo entre esos título como “Digna labor”. Es que el cierre del partido fue a pedir de Argentina, que a 30 segundos del final tenía la pelota, estando empatado el partido en 26. Pero el ataque falló, con falta y penal para Croacia, quien no desaprovechó la ocasión. Los últimos segundos fueron un lamento: Pizarro ejecutando un tiro libre que nunca pudo llegar al arco, mientras el resto de los jugadores argentinos estaban revolcados en el suelo.
Una derrota que duele, por la gran estatura del rival, el esfuerzo propio y la chance sobre el final. Son gajes del oficio, y estos Gladiadores ya no son un equipo para respetar solamente: hay que hacerle de todo para ganarle. Si Croacia, Bronce en Londres, era mucho, ahora viene Francia, la campeona olímpica. Fogueándose así nacen grandes equipos. Los Gladiadores van por buen camino. |