Revisando los convenios de algunos gremios representativos, tanto del sector privado como del sector público, se observa que aún sumando el total de cuotas con que percibirán los aumentos, no llegan a cubrir la caída del poder adquisitivo causada por la inflación.
La fuerte suba de precios generada por la devaluación, la quita de retenciones y los tarifazos puede ser observada ya sea con el último dato presentado por IPC CABA de inflación anualizada que asciende a 47,1 % desde junio de 2015 a junio de 2016, el incremento semestral del 26,7 % que informó el BCRA para el periodo enero-junio, o con la inflación total esperada para 2016, que el centro CIFRA-CTA en su Informe de Coyuntura N° 20 la ubica entre 43,9 % y 45,4 %.
Contraponiendo los datos de subas salariales que promedian el 33 % y que en general se pautaron en cuotas (ver cuadro ) con las distintas mediciones de inflación, se nota claramente el brusco descenso del salario real, que según el mismo informe de CIFRA puede superar el 7 % en diciembre de 2016 respecto al mismo mes del año anterior.
Distintos convenios, distintas causas
Con el 85 % de las discusiones salariales cerradas, en los porcentajes pactados se distinguen importantes variaciones según cada gremio . Incluso entre quienes consiguieron acuerdos cuantitativos similares las causas que los motivaron no son las mismas y resulta necesario detallarlas.
Dentro de la fracción menos perjudicada se ubican los sindicatos de aceiteros, camioneros, alimentación y docentes, pero cada negociación se explica de modo diferente.
El incremento obtenido por los aceiteros se fundamenta en parte por la alta rentabilidad de la que gozaron las empresas del sector en los últimos años, y más aún desde diciembre gracias a la devaluación del tipo de cambio, por tratarse de una materia prima exportable. Vale aclarar que los trabajadores del sector perciben un ingreso proporcional infinitamente inferior a la ganancia que le generan a las empresas y que en los últimos años son protagonistas de una intensa lucha con las patronales.
Diferente es el caso de los camioneros, que además de ser un sector estratégico por los inconvenientes que puede generar en la economía al realizar una huelga, cuenta con la ventaja de la indisimulable cercanía de Hugo Moyano con el gobierno actual.
En cambio los gremios de la alimentación y de los docentes bonaerenses y porteños obtuvieron mejores acuerdos basados en la lucha de sus bases y los conflictos que se vienen desarrollando desde hace varios años. Conflictos que no cesan, ya que en el día de hoy los docentes bonaerenses realizarán el primer paro exigiendo la reapertura de paritarias.
Dentro del grupo de los más perjudicados se encuentran en primer lugar los que dependen del gasto público (la administración pública, los estatales, las jubilaciones y la construcción, condicionada por la obra pública), ya que según el gobierno, es su “intención” reducir el déficit fiscal; “intención” que se contradice con las exenciones impositivas a bienes suntuarios como los autos de alta gama y la quita de retenciones a los complejos mineros y agroexportador, entre otros. En realidad no existe tal contradicción, sino una inconfesable transferencia de recursos de la clase obrera a los capitalistas.
También se suman entre los más damnificados los metalúrgicos, comercio y los vinculados a la prensa por depender de un mercado interno manifiestamente afectado por la recesión económica.
Asimismo, el deterioro del Salario Mínimo Vital y Móvil (recién en enero de 2017 llegará a $ 8060 con una suba total anual del 33 %) se explica principalmente como estrategia de control del resto de los salarios, ya que el aumento del salario mínimo impulsaría una tendencia al alza de las demás retribuciones.
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Reapertura de paritarias
Más allá de que una parte de los convenios cuentan con reaperturas pactadas, como es el caso de Luz y Fuerza que convino un 38 % por 18 meses para el periodo mayo 2015- octubre 2016, al que se suman los “convenios cortos” como los de Comercio y Construcción que vencen en setiembre, o el del SUTERH que expira recién en noviembre, sindicatos con paritarias cerradas como los bancarios, metalúrgicos, textiles y otros declaran encontrarse en estado de alerta ante esta situación.
Si bien la izquierda, los sindicatos combativos y distintas agrupaciones marcharon el martes a Plaza de Mayo para exigir la renegociación salarial y una convocatoria a paro nacional los burócratas hasta el momento no propusieron un plan de lucha acorde a la delicada situación y mucho menos medidas de fuerza.
Más aún, ante las declaraciones vertidas días pasados por el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro del Interior Rogelio Frigerio (n) o el ministro de Trabajo Jorge Triaca que se mostraron reacios a la reapertura de paritarias, la CGT emitió un “duro” comunicado el viernes pasado, en el que no menciona la reapertura de paritarias, ni propone medidas de fuerza, y al que el inefable y ahora panelista de tv Luis Barrionuevo completó diciendo que: “es momento de acompañar al gobierno y no de paros”.
¿Será que el desembolso de los fondos de las obras sociales que pactó el gobierno con la CGT es lo que mantiene la calma de la burocracia? |